martes, diciembre 16, 2014

Puerto Plata, pueblito encantado...

El pasado 10 de diciembre, día de los Monumentos, la Fundación Erwin Walter Palm y la Sociedad Cultural Renovación de Puerto Plata organizaron un coloquio con el tema del Patrimonio Cultural de Puerto Plata como Pieza Clave de la identidad Caribeña. En esa ocasión tuve la oportunidad de compartir el podio con el Lic. Edwin Espinal y los arquitectos Víctor Duran, César Martínez y Bienvenido Pantaleón quienes expusieron sus ideas sobre la importancia de la Ciudad Atlántica.
Reproducimos una nota de la FEWP y la Sociedad Cultural Renovación donde se reseña la participación de cada uno de los panelistas y póster además la intervención que tuve en el coloquio.
Sí quiero apuntar que el tema del victoriano no fue el tema central  del coloquio sino que se planteó en la participación de Víctor. Creo que hay que poner las cosas en contexto y en ese sentido es mas importante discutir la importancia de la arquitectura de Puerto Plata dentro del esquema de la identidad caribeña, aunque sigo siendo partidario de aquella propuesta de Fernando Salinas de que "identidad es no ser idéntico", que enredarnos en una discusión académica sobre el Victoriano.
Puerto Plata es una apuesta por una determinada sensibilidad de acuerdo a unos materiales específicos y en un momento histórico determinado, que se diga Victoriano o Angloantillano o lo que sea es para mi intrascendente y me recuerda la anécdota de Confucio a quién un grupo le preguntaba que como era la forma más correcta de disponer de los muertos, si enterrándolos o dejándolos al aire,(que fue una práctica China) Confucio respondió :" Por que quitar la comida a los gusanos para dársela a los pájaros, y por que quitársela a los pájaros para dársela a los gusanos?" 
OR          



El Lic. Edwin Espinal durante su intervención. Sentados, Omar Rancier, Victor Durán, José Enrique Delmonte, la Sra. Russo, Bienvenido Pantaleón y César Al Martínez. 



Un grupo de profesionales de la arquitectura ligados a la historia y conservación de monumentos debatieron el origen del nombre “victoriano” que se utiliza para denominar a las casas históricas de madera del Centro Histórico de Puerto Plata, ya que, según ellos, ese estilo nunca formó parte de la arquitectura diseminada en el Caribe a finales del siglo XIX y principios del XX.

En el marco del coloquio “El patrimonio cultural de Puerto Plata: una pieza clave de la identidad en el Caribe” organizado por la Sociedad Cultural Renovación y la Fundación Erwin Walter Palm, con motivo del Día Nacional del Patrimonio, los arquitectos José Enrique Delmonte, Víctor Durán, Omar Rancier, César Al Martínez y Bienvenido Pantaleón, junto al abogado Edwin Espinal Hernández expusieron distintos puntos de vista sobre el origen de un esquema arquitectónico que forma parte de la identidad de Puerto Plata. 

De acuerdo a Víctor Durán es confuso el término “victoriano” para una arquitectura que tiene su base en la tradición constructiva del Caribe y que recibió una carga de elementos decorativos realizado por artesanos de la madera a finales del siglo XIX provenientes de las otras islas del Caribe y del sur de los Estados Unidos. “Lo que llamamos ‘victoriano’ en realidad es una arquitectura fundamentada en la tradición popular diferente al que se desarrolló en los Estados Unidos en el siglo XIX, en grandes residencias suburbanas con una riqueza formal y espacial muy distinta a la desarrollada en el Caribe”, señaló Durán frente a un público atento al debate entre los expertos.

Sin embargo, tanto Omar Rancier como César Al Martínez señalaron que el término ‘victoriano’ es válido porque los elementos decorativos y la técnica de elaboración de la madera forman parte del catálogo de obras que rigió la arquitectura burguesa del sur de los Estados Unidos en ese momento. “Esos detalles de la arquitectura de madera de Puerto Plata, que lo vemos en las barandas, los tragaluces, las ménsulas y o las ventanas, estaban incluidos en catálogos de construcción de casas de madera que sirvieron de modelo a los artesanos de la construcción del norte de la República Dominicana y que estuvieron en boga en gran parte de las Antillas”, expuso Martínez, quien mostró imágenes inéditas para defender su posición. Por su lado, Omar Rancier dijo que no le preocupa el término victoriano porque es ya una identidad de una “arquitectura dominicana que tiene suficientes elementos únicos que le dan sentido y le identifican frente a otros modelos diseminados en el país” y agregó que “prefiero, sin duda, que se le llame victoriano como es reconocido por los dominicanos y no imponer nuevos vocablos que son menos específicos y que desvinculan una arquitectura que el pueblo ya ha asumido como suya”.   

Por su lado, José Enrique Delmonte  reconoció en la arquitectura de Puerto Plata “un instrumento poderoso de la identidad de la región” y demandó que “la ciudadanía se apropie de la defensa de sus inmuebles que forman parte de la riqueza cultural de todo el Caribe”. Reconoció el esfuerzo que durante años se hace para crear conciencia de la necesidad de conservar los inmuebles históricos de Puerto Plata porque es trascendental para el desarrollo urbano y humano de la ciudad.  Mientras que Edwin Espinal denunció la debilidad de las leyes dominicanas para proteger los inmuebles de su actos lesivos a su integridad y lamentó que muchos propietarios entiendan que tener un inmueble histórico es un problema y no una ventaja.  “El Estado no ofrece los incentivos necesarios para la conservación de inmuebles patrimoniales y mucho menos garantiza una asistencia para cualquier acción en su beneficio”, señaló Espinal Hernández. El arquitecto Bienvenido Pantaleón dio un toque de nostalgia a la noche con la exposición de numerosas fotografías históricas de Puerto Plata, muchas de la cuales se mostraban al público por primera vez.

En la actividad realizada en el Salón de Actos de la Sociedad Cultural Renovación, se reconocieron a un grupo de ciudadanos que han realizado intervenciones en inmuebles patrimoniales del Centro Histórico de Puerto Plata con el objetivo de preservarlos y resaltar sus valores.  Fueron reconocidos los señores Hugo López por el rescate de Fantasía FM, Ramón Elías Ruiz y Roque De León propietario y administrador de la Farmacia Popular, los arquitectos Joel Cruz y Miguel Adam Torres por su trabajo en la Farmacia Popular, la arquitecta Sarah García por su la Casa Museo Luperón, el señor Stam Dohmen por el hotel El Palacio, Antonio López y el ingeniero Guillermo Pérez por la Casa Olivares y Aldo Costa y familia por el Edificio Costa. Es la primera vez que se reconoce a inversionistas y profesionales por su acción frente al patrimonio edificado


La actividad contó con el auspicio del ICOMOS Dominicano (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), las universidades UNPHU y UNIBE, el CODIA, la Sociedad de Arquitectos, Imágenes de Nuestra Historia y el Clúster Turístico Cultural de Puerto Plata.


Omar Rancier durante su intervención.





Puerto Plata, 2014.


Una de las características principales de finales del siglo XIX y principios del XX, es la importancia, en términos económicos , sociales y culturales, que adquirieron una serie de ciudades del interior del país. 

Mientras la capital languidecía y se deterioraba, a causa de las constantes guerras intestinas, hacia el interior del país nacían nuevos poblados y se consolidaban sitios históricos producto de una febril actividad comercial y manufacturera. Pueblos que, además, asumieron primacía en términos arquitectónicos y urbanos, económicos y culturales. 

Montecristi y Puerto Plata al Norte, Samaná y Sánchez en el Noreste y San Pedro de Macorís en el Este, desarrollaron una arquitectura relacionada con los destinos comerciales mas frecuentes de estos puertos en el extranjero, mientras en la zona central La Vega, Moca, Santiago, Pimentel San Francisco de Macorís, se consolidaban como centros de acopio y distribución conectados con las poblaciones portuarias por la línea del ferrocarril. 

Así a finales del siglo XIX don Bubul Limardo, refiriéndose a su ciudad, Puerto Plata, habla de -la febril actividad de las construcciones al partir los españoles" Don Bubul, además, llamaba jocosamente a Puerto Plata "Turks Islans....por el incremento de nuestro comercio con estas islas."  

(La Casa de Don Bubul fue demolida ilegalmente y afortunadamente se ha reconstruido...)


Estos testimonios nos hablan , por una parte de la importancia económica de esta ciudad y por otra del intercambio cultural y tecnológico que se dio a través de la actividad constructiva. 

En la obra de Robert S. Gamble y José Augusto Puig Ortiz, se consigna un listado de constructores, arquitectos y artesanos que trabajaron en Puerto Plata hasta 1930, la mayoría eran extranjeros ( puertorriqueños, americanos, las islas inglesas, alemanes y daneses). 

( Risoris Silvestre nos ha informado con motivo de esta actividad, que a la fecha el 60% de las edificaciones inventariadas por Gamble se ha perdido y Edwin Espinal nos informa que muchas de esas “perdidas” se han realizado con el consentimiento del Ayuntamiento.)

Muchas de las construcciones realizadas en los primeros años del siglo XX en San Pedro de Macorís, ciudad donde por primera vez se utilizara el material de la modernidad, el cemento armado, tienen su homologa en la ciudad de Ponce en Puerto Rico, producto de la inmigración de puertorriqueños hacia Santo Domingo que se diera a fines del siglo XIX producto de la Guerra de Estados Unidos con España y que dio como resultado la anexión de Puerto Rico a los americanos. 

Por otro lado, en un trabajo presentado por Don Mario Concepción en 1978, "Evolución de la Vivienda en la Vega Vieja"  establece que "Por ese tiempo (1900) trajo el señor Don Rosendo Grullón varios artesanos de Puerto Rico, entre ellos algunos alfareros que introdujeron algunas mejoras en la fabricación del ladrillo. El nivel de desarrollo de estos pueblos, los principales ciudades portuarias, queda demostrada, además de la consolidación de su estructura urbana por hechos puntuales 
como el del establecimiento del primer banco comercial extranjero en Sánchez, el Royal Bank of Canadá, y no en la ciudad Capital. 

La importancia de Puerto Plata en el Contexto Caribeño.



En 1978 Robert Gamble y el Dr. José Augusto Puig, realizaron un minucioso inventario de la arquitectura de Puerto Plata que demostró la importancia de esta Ciudad Atlantica en nuestro país.
Gamble escribió:
"El ambiente tradicional de Puerto Plata, por ser parte de la herencia cultural de la ciudad y de la República, debe ser mantenido, adaptándolo a las exigencias modernas, pero al mismo tiempo guardando la esencia arquitectónica e histórica del ambiente. Esto último es el propósito de un programa municipal de conservación – arquitectónica: asegurar que los cambios sean beneficiosos; que se retiene lo mejor del pasado mientras se construye para el presente y futuro, no solamente por uno mismo, sino por las generaciones del porvenir"  



En 1990 Emilio Martínez, Andrés Mignucci y Jorge Rigau, de la AIA puertorriqueña, publican “La Arquitectura Dominicana 1890-1930” , con la colaboración del GNA- Emilio Brea y yo y con los profesores de UNIBE en esa época Marcelo Alburquerque y Fernando Ottenwalder, un estudio de lo que ellos llaman la arquitectura del Caribe Hispano, refiriéndose a ese periodo venturoso y convulso definido entre esos años de 1890 y 1930, prolegómenos de la modernidad, donde la arquitectura de Puerto Plata aparece como modelo de algunas tipologías , urbanas y arquitectónicas, propias de nuestro país y asi como Gamble y Puig importantizan la arquitectura de PUERTO PLATA en el país, Martínez, Mignucci y Rigau lo hacen para el contexto caribeño.

En términos urbanos los puertorriqueños apuntan a la disposición particular de las iglesias dominicanas con relación a los parques con los que se relacionan, específicamente señalan:
“La iglesia como foco de actividad pueblerina ha guardado tradicionalmente una relación directa con los parques. Una tipología particular de la relación parque-iglesia es una en la cual el costado lateral de la iglesia define uno de los lados del parque” y definen esta tipología como dominicana en dos variantes : uno donde se comparte el mismo bloque que el parque y otra, como en Puerto Plata,, donde “el parque ocupa una manzana completa y la iglesia uno de los cuatro bloques circundantes”.

En términos de arquitectura el estudio de 1990 señala la presencia del “pasillo lateral” que “ encuentra eco en Puerto Rico  o Cuba con tanta insistencia” y esta tipología aparece en Puerto Plata, Santiago, Santo Domingo, Montecristi y SPM.
Puerto Plata.

Que hacer con el patrimonio cultural edificado?

El problema del patrimonio edificado tiene que ver con la planificación y con la compensación.
Una edificación patrimonial debería ser un bien redituable y no una responsabilidad económica. Es decir debería ser una ganancia para el propietario y no un gasto y para eso se debe tener tanto una planificación como una política cultural.
En cuanto a planificación se debe tener claro una imagen ciudad. Que tipo de ciudad quiere ser Puerto  Plata  para el 2030, para alinear esta meta con la END.
Puerto Plata será una ciudad democrática, donde se tiene  equidad social y de género, económicamente sostenible, cultural y turística. 
Pusimos el turismo al final pues creemos que uno de los errores del abordaje de los centros históricos es que se quiere poner el turismo como la principal prioridad, por encima de resolver las necesidades de los habitantes.
En el recién pasado seminario del Icomos, uno de los ponentes internacionales, el Dr. Martorell expuso una escala de prioridades de cinco puntos y el turismo lo situaba en cuarto lugar, el primer lugar era para los habitantes. 
Para planificación del centro histórico se plantea la metodología clásica de hacer un diagnóstico, analizar los resultados, identificar conflictos de usos, proponer soluciones y definir los usos permitidos, todo eso previo a una catalogación histórica de las edificaciones.
Todo esto cobra sentido si se acompaña de una política definida sobre todo en lo referente a la compensación de los propietarios de inmuebles patrimoniales que pueden ir desde excepciones impositivas hasta la Transferencias de Derechos de Desarrollo, desde la subvención hasta la compra del inmueble, pero que en todo caso, al mismo tiempo que proteja al inmueble, proteja los derechos económicos del propietario.
Para que todo esto opere es necesario una GESTIÓN que sea eficaz y eficiente , con determinación de hacer valer leyes y normas y con el apoyo de la comunidad.
En Puerto Plata desde hace años se viene dando la situación típica de los entornos patrimoniales, expuesta claramente por Edwin Espinal en su conferencia del Seminario del Icomos, esta situación  alentada por los especuladores inmobiliarios supone que lo que tiene valor es el suelo, por consiguiente la edificación se desvaloriza y se hace susceptible a ser demolida, quemada, o simplemente desmontada por los propietarios.
Aquí estamos frente a otro de los problemas medulares de la gestión de los centros históricos que tiene que ver con la educación, con el conocimiento del valor de un bien cultural. contrario a los que creen que "con cultura no se come" el valor cultural aporta un valor económico agregado a los bienes culturales. 
Como gestores culturales hemos hecho mucho énfasis en "lo histórico" y "lo cultural" como valores ideológicos y no se ha enfatizado el valor económico de la cultura, esto ha producido lo que llamamos " la paradoja Gascue" que bien podríamos nombrar como " la paradoja Puerto Plata" que es el fenómeno producido cuando los promotores promocionan sus proyectos con los valores - culturales e históricos - que destruyen. 
Puerto Plata tiene un gran valor cultural, paisajista, pero su principal valor sobre todo está en  sus pobladores y sus pobladores deben, todos a uno, defender sus heredades
Omar Rancier 
Puerto Plata, 10 de diciembre 2014
Día Internacional de los Monumentos
El grupo que viajó  a Puerto Plata:de pié Sonya Perez, Christian Tineo, Sucre Ferreras, Elmer González y Elizardo Ruiz.
Sentados: La Sra de Victor Durán, Gustavo Ubrí, Omar Rancier, Ramón Méndez, Bienvenido Pantaleón, la Sra de Pantaleón, Víctor Durán, parcialmente oculto,Edwin Espinal César Al Martínez y José Enrique Delmonte.




1 comentario:

Nelson dijo...

Interesante reseña, aplaudo esta iniciativa rara y tan necesaria. La conversación del patrimonio en RD debe ser renovada para revalorizar, como bien usted apunta, el Bien Cultural en forma de producto comercia, sobre esto podemos aprender mucho de Europa (particularmente París, Barcelona y Roma) que apuesta mucho por su modernización bajo dictámenes muy claros sobre su desarrollo inmobiliario, con su historia NADIE se mete. Ojalá la autoridades se pongan a la altura de este análisis.