jueves, noviembre 04, 2010

Saber y no hacer nada...

Ayer 3 de noviembre del 2010, Día de la Arquitectura Dominicana, se dejó abierta la X Bienal Internacional de Arquitectura de Santo Domingo, estas fueron las reflexiones que leí .
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Saber y no hacer nada…

Cuando en 1986 algunos, en ese entonces, jóvenes arquitectos de un grupo que se denominó Nueva Arquitectura, decidió hacer la Primera Bienal de Arquitectura de Santo Domingo, dedicada a Guillermo González, pocas personas, incluyendo los Arquitectos, conocían la obra del hoy reconocido como el Padre de la Arquitectura Moderna Dominicana. El modelo que nos sirvió de referencia fue la Bienal de Arquitectura de Quito.

Ya habíamos realizado dos eventos: “Arquitectura Contemporánea en la Republica Dominicana”, en Casa de Teatro en 1981” en Homenaje al Arq. Manolito Baquero y “Arquitectura ’83 en La República Dominicana”, en el Centro Cultural Hispánico que dirigía Pedro Vergés. Habíamos roto la tradición de silencio en cuanto a presentar las obras de los Arquitectos Dominicanos y construimos un espacio de discusión sobre los problemas no sólo de la Arquitectura y el Urbanismo dominicanos, si no sobre los problemas sociales de nuestro país.

A principios de los 80 publicamos algunos de nuestros primeros trabajos de critica arquitectónica, que fueron duramente descalificados en nuestra Alma Mater, pero que fueron acogidos abiertamente por los autores de las obras que comentáramos. Posteriormente estuvimos mas de dos años publicando una hoja de Arquitectura y en la actualidad seguimos publicando nuestros comentarios en la prensa y en revistas especializadas. En 1988, como nos recuerda Emilio en bello escrito que nos regalara hoy, conseguimos, en víspera de la celebración de la Segunda BASD, dedicada al Arquitecto, humanista y mecenas, José Antonio Caro, de quien se cumple este año el centenario de su nacimiento, y por gestiones del Arq. Rafael Tomas Hernández, esa figura bondadosa, estable y consejera, como lo describe el Arq. Eugenio Pérez Montas, el decreto que consigna el 3 de noviembre, fecha natalicia de Guillermo González, como Día de la Arquitectura Dominicana.

Hago esta reseña porque que actualmente los arquitectos jóvenes y los estudiantes, con contadas excepciones, no conocen esta historia, no se interesan por la relación social de la Arquitectura y no han tomado el relevo de una critica que cumple ya 31 años y que sigue haciéndose por los mismos actores de entonces. Y no me refiero a la crónica marcadamente elitista y esteticista de arquitectura de se hace hoy día.

De alguna manera esto es una muestra de que la sociedad dominicana esta mal.

Nuestro país presenta un balance esquizofrénico entre la abundancia y la pobreza. Siempre digo que somos una sociedad paleo – tecnológica, porque mientras unos cuantos disfrutan de toda la tecnología de punta , la gran mayoría de la población vive en la mas extrema pobreza, en una especie de paleolítico contemporáneo. Y esto sucede a pesar de las manipuladas cifras económicas y del cacareado progreso. La pobreza se agrava con el narcotráfico, con la política corrompida y corruptora, con la justicia débil y con la inseguridad total. Las Academias, llenas de masters y PHD, han dado un salto cualitativo en cuanto a la enseñanza profesional pero han fracasado en transmitir ese aspecto tan importante que es la sensibilidad social, el hecho de la casi inexistencia de proyectos sociales en esta muestra bienal confirma lo dicho... La irrupción del internet, tan indispensable para todos las asuntos de la vida daría contemporánea, ha mermado la capacidad de lectura y de expresión escrita, que se ha convertido, a través del BB o del iPhone, en una especie de código morse para especializados.

Y a estas situaciones debemos hacerle frente desde todos los escenarios y con todos los recursos que podamos utilizar.

Esta X BiASD constituye la mayoría de edad de la Bienal, una mayoría de edad a la que ha llegado llevada de manos de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana y dentro de ésta de manos de Erwin Cott quien con su labor incansable ha logrado lo que puede considerarse la oficialización de la Bienal con el patrocinio del Ministerio de Cultura y el retorno de la Bienal a su casa original: el Museo de Arte Moderno quien tan generosamente nos ha recibido.

Aquí quiero reconocer la labor del equipo que ha hecho posible esta Bienal: Aixa Weber, Leyda Brea, el Arq. Mosquea del CODIA, Franc Ortega, Josefina Guzmán y Ray Vásquez- EL Americano- quien con su equipo de estudiantes ha realizado el montaje de la exposición de confrontación bienal.




La décima edición de la BiASD está dedicada a tres arquitectos que admiro y respeto y que representan tres generaciones de la Arquitectura Moderna Dominicana : Cuqui Batista, a quien aprecio, respeto y considero uno de los grandes arquitectos de este país, el único Santiaguero que participa activamente en casi todos los eventos de Arquitectura que se realizan en la capital, Eduardo Selman, quien fuera mi profesor de diseño y con quién aprendí, en su taller, a diseñar en el mundo real, y Oscar Imbert, las canas en su cabeza y en sus proyectos, quien ha sabido demostrar que la cultura local es válida como referente arquitectónico, mas aun en una época que se comienza a enfrentar con la sostenibilidad como futuro. Honrar honra, ese ha sido la divisa del GNA y de la SARD y ciertamente nos sentimos honrados, yo particularmente me siento honrado, al reconocer a estos sobresalientes Arquitectos a quienes además considero que son mis amigos, nuestros amigos.

Termino haciendo un llamado a las nuevas generaciones, la generación X o generación 2.0, como mejor se describan ellos mismos, para que se integren al debate por la mejoría de nuestra Nación, por el saneamiento de nuestra sociedad, por la mejor de las arquitecturas para todos y no solamente para los mas pudientes. Por que enfrenten con ojos críticos nuestra sociedad y el entorno que se construye, o que se destruye, e identifiquen soluciones nuevas a los viejos problemas de siempre.

Yo se que ustedes conocen estos viejos problemas y se que ustedes saben que hacer, pero como dijo el último de los samuráis, Yukio Mishima,: “Saber y no hacer nada es lo mismo que no saber.”

Omar Rancier,

Grupo Nuevarquitectura

Decano Facultad de Arquitectura y Artes, UNPHU

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