lunes, septiembre 29, 2014

Hace tres años...

 Hace tres años....

Hace tres años, regresando de Haití, sufrimos un aparatoso accidente que le costó la vida a Pablo. El dolor mas profundo de todo aquel proceso fue percatarme de su partida, un dolor que persiste y es como "el rayo que no cesa". La terrible presencia de la ausencia del amigo, ese hueco que siempre estará ahí, lacerante, es la cotidianidad de mi existencia y me viene a la mente Miguel Hernández cantado por Joan Manuel Serrat: "tanto dolor se agrupa en mi costado/ que por doler me duele hasta el aliento"
Pablo Morel fue mi amigo, mi hermano, compañero de sueños, recalcitrante pescador  de utopías con la red de luz de su cámara mágica  y su enorme saber enciclopédico: un buen hombre, un gran hombre , un hombre nuevo. 
Hoy, a los tres años de su partida lo recuerdo y lo lloro y con él a todos mis muertos, mis padres, Matias y Marina, mis hermanos, Marino y Matias, a mis amigos, hermanos de la vida y cazadores de sueños, el mismo Pablo, a Erwin y a Emilio.
OR


Arriba, en la Oficina del Arzobispo de Jeremie el día antes del accidente.
Abajo,con Marcelo Alburquerque y Harry Carbonell En una actividad d de EspaciosUNPHU a.