martes, julio 11, 2017

Adios a una Gran Mujer!

A la Ingeniera Arquitecta Mercedes Sabater vda. Macarrulla. Doña Meche. 
Con todo el cariño del mundo!


A Doña Mercedes la conocí como estudiante de arquitectura en la UASD, era la Vicerrectora  Académica en los tiempos duros de la reprensión en los gobiernos del Dr. Balaguer. Se contaba, y después ella misma me lo confirma, como sacaba a “los muchachos” de la Federación de Estudiantes Dominicanos en el baúl de su auto cada vez que cercaban la UASD . Era un referente de dignidad en esos días de luchas. Pero es en el 1996, siendo Presidente del Consejo de Asuntos Urbanos (CONAU), y siendo yo la contraparte local del Proyecto RESURE, que llevaba en el INVI, dirigido por Joaquín Gerónimo, desde un proyecto del PNUD, el inolvidable Oscar Barahona, que hice una bella amistad con Doña Meche, como le decíamos cariñosamente. Y recuerdo exactamente el momento cuando me gané su confianza. Fue en una discusión con Oscar sobre uno de los temas conceptuales de RESURE; Barahona y Doña Mercedes tenían punto de vistas diferentes y yo le di la razón a Doña Meche; quien se sorprendió en el momento, pues entendía que siendo yo contratado por el PNUD estaría de acuerdo con Oscar. De ahí en adelante, y eso puedo decirlo con verdadero orgullo, Doña Mercedes me distinguió y respetaba mis opiniones. Pienso que aquella discusión y el hecho de ser profesor hizo que me expresara siempre abiertamente ese cariño que atesoraré siempre.
Estudió en la escuela de ingeniería y arquitectura de la Universidad de Santo Domingo y entre sus profesores estuvo Guillermo González, de quien me contaba la anécdota de que estando diseñando un edificio de la justicia, González se sentó en su mesa y le dibujó una solución sin decir una palabra, que era el método de enseñar de Guillermo, a quien los estudiantes, según Cuqui Batista, apodaban "La Cuaba" por lo duro que era. El dibujo que le hiciera el profesor tenía unas escalinatas monumentales, que no le gustaban a Doña Mercedes, quien agarró un lápiz rojo y le hizo unos trazos rojos sobre la escalinatas. Que es eso?- cuenta que le preguntó Guillermo. Eso-le contestó la aguerrida estudiante- es la sangre que dejaran en las escaleras los que intenten subirla! Asi de contestataria era desde jovencita.
Su vinculación a los movimientos revolucionarios la leo como una herencia. Nacida en Barcelona a mediados de la segunda década del siglo XX, llega a Santo Domingo en 1939 con 13 años de edad, con el grupo de exiliados republicanos de la guerra civil española del 36 y trae con ella ese espíritu republicano y revolucionario al que cantó el poeta Miguel Hernández; un espíritu que siempre reivindicó y al que siempre fue fiel. Pablo Morel, mi desaparecido amigo y miembro de ese equipo selecto que tuvimos la oportunidad de trabajar en el CONAU de Doña Mercedes y que completábamos Oscar Barahona, Nelson Toca, Luis Guzmán, Sinita del Rosario, Geo Ripley, Eleuterio Martinez, Chilito Pérez y yo, entre muchos  otros, siempre me decía con evidente respeto, admiración y cariño que Doña Meche era “una vieja bolchevique” una manera de recalcar su carácter revolucionario.
Amiga de Juan Bosch, fue parte del movimiento que luchó por la restauración de la constitución del 63 y nos contaba de sus aprestos revolucionarios en una casita que tenían ella y don Viche, el ing. Macarrulla, su esposo, en las afueras de la ciudad, hacia el este.
Aprendí con ella lo que es la integridad profesional y la firmeza ideológica y le agradeceré siempre que me acogiera en su equipo. 
Fue esposa, madre, politica, académica, profesional y todos los roles los llevó con dignidad y firmeza. Uno de sus placeres era llegar a su casa, nos contaba, y disfrutar tranquilamente de un cuba libre. 
 Hoy al ir a darle el postrero adiós, al ver su cuerpo tendido sentí una gran tristeza y me percaté de la pérdida tremenda que es para esta sociedad no contar mas con doña Meche; sin embargo constaté inmediatamente que su recuerdo persiste y persistirá en todos los que nos honramos con su amistad!
Mi estrella poblada se sigue abarrotando de amor y de cariño y, no se por qué y no se si viene a cuento, siento deseos de oír a Lulú cantar "To sir with love"!

Omar Rancier