domingo, junio 28, 2015

Presentacion Crìtica de la Historia Crìtica de la Ciudad de SantoDomingo



El libro puede adquirirse por RD$ 800.00 en la Facultad de Arquitectura y Artes de la UNPHU. ( todas las fotos son cortesía del Departamento de Relaciones Públicas de la UNPHU. Las graficas fueron tomadas del libro Historia Critica de la Ciudad de Santo Domingo.)

Una presentación crítica de La Historia Crítica de la Ciudad de Santo Domingo
Omar Rancier
Decano de la Facultad de Arquitectura y Artes
UNPHU

La ciudad de Santo Domingo, la primera ciudad de modelo europeo en el Nuevo Mundo, es mas que una ciudad, una historia; una historia que sigue escribiéndose cotidianamente, tejiendo su urdimbre cada vez más compleja y complicada. Y como toda historia, ha tenido sus historiadores, sus cronistas, el último de los Cronistas de Indias, he dicho en más de una ocasión, es el querido amigo y admirado profesor, humanista y consejero Arq. Eugenio Pérez Montás , quien nos ha enseñado que la historia está hecha de retazos de sueños que se entremezclan con destellos de realidad.
Aquí asistimos a la epifanía de un nuevo Cronista: el Cronista Crítico, aquel que trata de profundizar las causas de los hechos desde una epistemología diferente que podríamos calificar de dialéctica e ideológica.

El texto está estructurado en tres grandes bloques, con prólogo, introducción y epílogo.
Un primer bloque, Santo Domingo en el siglo XVI, que trata de los años iniciales de la ciudad y el desmontaje del mito de la Ciudad de Ovando. Un segundo bloque, Santo Domingo siglos XVII-XIX, donde se plantea la ciudad detenida y la ciudad en la era del azúcar y la prosperidad y un tercer bloque, Santo Domingo siglo XX, que trata de desde la primera expansión de la ciudad hasta el "Nueva York chiquito"

Cristóbal Valdez aborda la historia de esta ciudad de más de 500 años; cuyo nombre fue violado y rescatado, que fue golpeada y destruida por huracanes y guerras, que ha sido asaltada y desvalijada por piratas y por políticos; con la intención de develar contradicciones y de desmitificar, que no enderezar, entuertos,  como el legendario caballero de La Mancha, y lo hace con la metodología del relojero, encajando la pieza precisa en el lugar exacto.

Sus análisis de las razones del traslado de la ciudad a la ribera occidental iluminan un tema que nunca había sido explicado de una manera tan racional.

Lo mismo sucede con el desmontaje de los aportes del Comendador de Lares a la Ciudad Colonial y el cuestionamiento de la llamada Ciudad de Ovando, tan presente en la actualidad con la ejecución  el programa de incentivo al turismo en la Ciudad Colonial de Santo Domingo (CCSD) que financia el Banco Interamericano de Desarrollo, primer programa de grandes inversiones en CCSD desde los gobiernos del Dr. Balaguer  y que ha producido  desplomes físicos y conceptuales. Y el autor  lo hace a partir de un complicado rizoma ideológico que vincula el pasado colonial hispánico con una modernidad dictatorial, señalando al Dr. Balaguer como el autor de tal denominación por la admiración expresa de este último con el riguroso e inhumano método de gobernar de Ovando, a quien, siempre según Valdez, emula en sus propios gobiernos; y compara, de una manera magistral, diferentes acciones sobre la Ciudad del Ozama separadas por más de 500 años de desmadres urbanos y de una urbanofagia desvergonzada, todo esto acompañado de unos análisis gráficos construidos a partir de una documentación histórica acreditada, planteando unas reflexiones que sirven la mesa para un debate necesario, debate que la Facultad de Arquitectura y Artes de la UNPHU asumirá a través de lo que llamaremos “Tertulia sobre la Historia Crítica de Santo Domingo” que serán coordinadas por la Maestra Arq. Mauricia Domínguez, nuestra coordinadora de investigaciones.

A lo largo de sus análisis el autor plantea como las ciudades, y la ciudad de Santo Domingo en particular, se ha ido construyendo a partir de los impactos de las decisiones políticas extraterritoriales y por las influencias de los sectores de poder, identificando así una práctica que se repite desde la Colonia hasta nuestros días, demostrando históricamente lo que Emilio Brea y yo llamamos en su momento "El Trasfondo de las Transformaciones Urbanas".  

La historia de la ciudad se hace más explícita a la luz de los análisis de Valdéz, que insiste en como la vieja ciudad de Santo Domingo se ha ido conformando a partir de intereses particulares y resulta revelador como identifica las incidencias de los políticos sobre la ciudad, coincidente con la de los promotores inmobiliarios, que persisten desde los inicios mismos de la ciudad hasta  la actualidad, en no considerar el espacio público, ese articulador necesario que permite que las ciudades sean mas vivibles, como parte esencial  de los proyectos que formulan y señala, en una de las precisiones críticas más certeras del libro como  se conceptualiza  esta fórmula con el cambio del nombre de "espacio público" al de "área verde", considerada, dice el autor ,  como un "..., área baldía en la mayoría de los casos y sin ninguna relación con las comunidades que se supone debe servir ",  dejando entender que la misma pudiese ser cualquier espacio residual o accidente topográfico.

Antonio Vélez Catrain, ese dominico-español, creativo y emprendedor que tantas veces ha arrimado su hombro con el nuestro para concretar ideas sobre la ciudad de Santo Domingo, califica el libro de nuestro amigo Tobi, al prologarlo, de "militante", comparto con ustedes lo que dice Vélez:

"Este es un libro documentado y valiente. Pocas veces coinciden estos calificativos en un libro dedicado a la investigación urbana. Pero además, y no menos interesante y oportuno para su salida a la luz, también se destacan su amenidad y su visión comprometida, diría que militante, en la defensa de la razón que debería presidir y guiar estos procesos en lugar de la pasión de los políticos que sucesivamente ocupan el poder, los cuales, en general –no solo en la República Dominicana– de la ciudad saben bien poco." 

Nada mas claro para definir esta obra que hoy se pone a la disposición de todos, desde los lectores interesados y los estudiosos de la ciudad hasta los políticos que no teman auto-indigestarse cuando descubran en el texto sus propias veleidades urbanas.

Nos parece que el leit motif de esta historia critica se desliza entre dos ideas fundamentales: la incidencia de las decisiones políticas y extraterritoriales sobre el destino y la conformación de nuestra ciudad y la cantidad hechizada, como diría Lezama , de las oportunidades perdidas para mejorar este contexto urbano receptáculo de sueños y pesadillas cotidianas.

En ese sentido pienso en los planes de Bernardo Giner de los Ríos, de 1939, el republicano español y ex ministro de la República Española en el exilio que fuera contratado por el dictador Trujillo a sugerencia del Embajador Español en el exilio Fernando de los Ríos primo de Giner ; pienso también en el Plan  Vargas Mera-Solov, que como dice nuestro autor: "fue un intento del dictador de poner freno a las migraciones del campo, que ya en el año 1956 se estaban incrementando fuertemente." Y donde  "Se introdujo el concepto de límite urbano y una zona suburbana de expansión que absorbería el crecimiento en el futuro." Y que "contenía un proyecto de viviendas de interés social para los barrios marginados." 

O el Plan del consorcio Padco-Borrell, ganador de un concurso para hacer un plan de ordenamiento territorial de la ciudad de Santo Domingo, relacionado con el financiamiento por parte del BID de un nuevo acueducto a finales del gobierno del Dr. Balaguer en 1978, con un estudio que "…estaba dividido en dos partes: el diagnóstico y el diseño del plan. Sólo se llega a hacer la primera parte, el diagnóstico, ya que el nuevo gobierno no continúa el proyecto del acueducto y, en consecuencia, el BID no sigue con el financiamiento de la segunda parte del proyecto: el diseño del plan."  Continuando con una de las grandes conclusiones de su libro:
"De nuevo decisiones políticas, de dentro y fuera del país, afectan el desarrollo de la ciudad e impiden que se realice un plan." 

Sigue nuestro autor explorando su tesis central de que las decisiones políticas exteriores y locales han desgraciado nuestra ciudad y analiza los proyectos que se desarrollan en la década final del siglo pasado, de base esencialmente social, como los proyectos de El Caliche, proyecto modelo de mejoramiento urbano con la  agencia de cooperación alemana, GTZ , parcialmente ejecutado; el Plan Cigüa  y el Plan Resure, llamado al inicio del gobierno del Dr. Fernández  “el megaproyecto contra la  pobreza” que fue desplazado prontamente por otro megaproyecto mas acorde con las ideas del gobernante


Reseña eventos importantes como las seminarios “Santo Domingo 2000” en 1975 realizado por la Facultad de Arquitectura y Artes de  la UNPHU y el ADN con el objetivo  de analizar  los problemas de la ciudad y las posibles soluciones para el año 2000 y su secuela de 1995, “La Ciudad de Todos, Santo Domingo 2000, Veinte Años Después”, organizado para “...realizar un análisis retrospectivo de las propuestas surgidas en el 75 y proponer acciones concretas para el fortalecimiento de las estructuras urbanas de Santo Domingo”

Y llega  "así como del rayo", como dice el gran poeta y luchador español Miguel Hernández en su "Elegía a Manuel Sijé ", pasando por el plan de Peña Gómez sobre la ciudad y luego sobre el proyecto del malecón, tampoco realizados, hasta el "Nueva York chiquito" esa  "...«modernidad» concebida por el Dr. Fernández [que] se concreta en dos proyectos emblemáticos de su gestión: la remodelación de las avenidas 27 de Febrero y John F. Kennedy, que atraviesan la ciudad de este a oeste. Amplía estas vías llenándolas de pasos a desnivel y disminuyendo las aceras, dándole mayor espacio al automóvil y menos al ciudadano de a pié. Estas avenidas urbanas se convirtieron en carreteras rápidas dentro de la ciudad."

Termina Valdez esta parte con una declaración lapidaria:
"Nuevamente se trata de intervenciones que, igual que en los tiempos de Balaguer, no correspondían a ningún plan de ordenar la ciudad y fueron concebidas para el símbolo de la modernidad: el automóvil. Una de las consecuencias de estas intervenciones ha sido la desvalorización del suelo sobre ambas avenidas, la velocidad del transito y la imposibilidad de uso peatonal, además de la perdida total del espacio público." 

Creemos que en esta parte, la parte de la ciudad moderna, es que nuestro cronista crítico despliega toda su militancia ideológica que muchos considerarán radical, pero a la cual me adhiero totalmente. Nuestra ciudad, esta ciudad novelada, descrita indistintamente como un poema delicioso o una espeluznante pesadilla; esta ciudad que sufrimos y amamos con igual pasión, se ha conformado a tropezones dirigidos por los intereses políticos, nacionales e internacionales y los sueños petulantes de gobernantes insomnes.

Permítanme referirme ahora al libro como un objeto de diseño en un mundo donde el libro debe competir con las publicaciones en línea y las redes sociales que han conformado un lector de imágenes y resúmenes de no más de 140 caracteres, según Twitter, ese pájaro que nos devora y que hace que confundamos los amigos con los seguidores, según el cantante belga Stromae en su canción Carmen.  

Historia crítica de la ciudad de Santo Domingo, es un bello libro y un objeto que conjuga un magnífico texto con unas gráficas explicativas y bellas y un diseño tipográfico contemporáneo.

Constantinos Saliaris me señalaba, por ejemplo, lo que el llama "un detalle exquisito" en el diseño del libro, la parte histórica, desde la colonia hasta finales del siglo XIX, se imprime en un papel color sepia con textura, un código de color en naranja oscuro y una tipografía Garamond, la parte moderna del siglo XX, está impresa en papel blanco satinado con un código de color azul aqua y una tipografía Gotham. Todo completando una propuesta atractiva y capaz de satisfacer tanto al público joven devoto de las redes sociales como a aquellos que aún disfrutamos el libro como un ritual de conocimiento.

Al final, en el epílogo se descubre el optimismo del autor cuando declara que: 
“Santo Domingo es una ciudad con grandes recursos y oportunidades que, bien orientados y coordinados, podrían convertirla en poco tiempo en una ciudad referente para su región y en la que la calidad de vida de sus ciudadanos sea el reflejo de su belleza.
Apostamos a una mejor ciudad centrada en el hombre, en la que la calidad del espacio público llene de orgullo a sus ciudadanos.” 

Cristóbal Valdéz, como buen cronista, ha sido él mismo actor y testigo de excepción de muchos de los capítulos modernos de su historia crítica y asume valientemente, como también lo califica Vélez en su prólogo, su posición ideológica y técnica, una posición comprometida con esa idea que el neoliberalismo, que trata de ponerle precio a todo y que ha piloteado esta civilización hasta llevarla al borde del colapso, ha tratado, sin resultado, de estigmatizar. Cristóbal Valdéz, como muchos de nosotros, está comprometido con la Utopía, esa Utopía que el maestro Eduardo Galeano, citando al director de cine argentino Fernando Birri, decía  " ...que está en el horizonte” y seguía diciendo: “Yo se muy bien que nunca la alcanzaré, que si camino diez pasos ella se alejará diez pasos. Cuanto mas la busque menos la encontraré, porque ella se va alejando a medida que yo me acerco. Esa Utopía que  sirve para eso, sirve para caminar". 

Cristóbal Valdez es un caminante de la Utopía, un peripatético encantador de serpientes - y no me refiero a ningún político en particular-, un sembrador de ideas y promotor encantado de la ciudad buena, que, como dice el poeta sevillano Antonio Machado, ha hecho camino al andar.

Omar Rancier.
Veinticincodejuniodedosmilquince.
Parte del Público asistente. En la primera fila la Dra. Arq. Linda Roca, el Arq. Bienvenido Pantaleón, en la segunda fila la Arq. Diana MArtinez, Arq. Federico Abreu, Arq. Chileng Ho, Arq. Mauricia Dominguez y el Dr. Guillén
De izquierda a derecha: Arq. Omar Rancier, Decano de la Facultad de Arquitectura y Artes, Arq. Miguel Fiallo Calderón, Rector , Arq. Cristóbal Valdéz, autor del libro, Arq. José Antonio Constanzo, Director de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo y el Arq. Constanstinos Saliaris, Director de la Escuela de Diseño.