lunes, agosto 04, 2014

Santo Domingo, Santo Domingo...


Hoy es el Día del Urbanismo Dominicano, una de las iniciativas motorizadas por Emilio Brea desde el Grupo Nuevarquitectura. Hoy recordamos la fecha de fundacion de La Ciudad del Ozama. Hoy pensamos en Emilio...OR

Santo Domingo, Santo Domingo
A Emilio, por siempre, por todo...






Fundada por un grupo de hombres que buscaban oro hace ya 517 años ( 518 para el ADN), La Ciudad del Ozama, en el siglo XXI sigue asediada por hombres que sólo le interesa el oro, hombres que creen que la ciudad es su botín político, grupos que sólo le interesa sus propios intereses que pueden reducirse a uno: ganar dinero. No importa como ni a que precio... para los demás.
En estos cinco siglos la ciudad se ha transformado en una metrópolis en la cual, en un día cualquiera de trabajo se concentra hasta el 40% de la población del país.
Con una población rondando los 3 millones de habitantes, fragmentada en demarcaciones territoriales que no funcionan, con políticos administradores que le interesa más su imagen editada en Photoshop que la calidad de vida de los habitantes urbanos, con una deficiencia reconocida en los servicios de alcantarillado de más del 75 % del territorio metropolitano, con un déficit de espacios públicos y una tendencia a enajenar los existentes desconcertante; esta ciudad, que se asoma al Mar de los Indios Caribes, cuyos vientos la limpian de las emisiones descontroladas cada mañana , arrimada a sus ríos , sucios y contaminados pero aún caudalosos e impresionantes, con su territorio aterrazado donde se acuna entre el Ozama y el Caribe la más vieja ciudad de modelo europeo de este continente, con un maravilloso frente marino, amenazado por la codicia de las empresas que azuzan sus camiones por el paseo que ideara hace ya más de un siglo el Ing. García Mella y que fuera hecho realidad por el Ing. Moncito Báez al inicio de la tenebrosa tiranía, argumentando la economía de transporte .
Esta ciudad nombrada con el nombre del padre de los Colón o por haber sido fundada un día domingo, cuyo nombre fue sustituido, como parte de una elaborada estrategia de control político y gracias a la vil adulatoria de aquel cortesano santiaguero de cuyo nombre no quiero acordarme.
 Esta ciudad, que perdió a Emilio, su más denodado defensor contemporáneo y su pensador más apasionado, que ha sabido fortalecerse con cada golpe, ES, a pesar de todo, un espacio mágico que se reafirma en una multiplicidad de sitios, desde la Ciudad Colonial hasta la digna pobreza de sus barrios populares, desde el casi desaparecido Gascue hasta el desbordado Polígono Central, desde cada uno de ustedes hasta cada uno de nosotros.
Y por eso, esta ciudad, la ciudad de Emilio, mi ciudad , sobrevivirá por siempre como esa Ciudad del Ozama que describiera el último de los Cronista de India, a los embates de los políticos, promotores, sindicalistas y megalómanos mesiánicos. Y por eso merece celebrar, cada año, su fundación reafirmando su identidad y comprometiéndonos con defenderla.
Omar Rancier