Palabras del Decano
Omar Rancier en la puesta en circulación del sello postal en conmemoración de
Guillermo González Sánchez. UNPHU. 15 de febrero 2018.
Quisiera ante todo
agradecer al Instituto Postal Dominicano en la persona del su Director Modesto Guzmán
el apoyo entusiasta para realizar esta serie de sellos postales que reconocen
el aporte de los arquitectos de la modernidad dominicana. Así mismo agradecemos
las gestiones y el apoyo del Arq. Alejandro Vigneri, presidente de la Sociedad Filatélica
Dominicana.
Especialmente
reconocer el esfuerzo y la dedicación de la Arq. Mauricia Domínguez por diseñar
y promover, desde el DoCoMoMo dominicano y con el apoyo de la Facultad de Arquitectura
y Artes de la UNPHU, esta iniciativa.
Hoy se pone a
circular el sello en conmemoración a Guillermo González Sánchez, reconocido
como el Padre de la Arquitectura Moderna. Y esta puesta en circulación se hace
en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, de la que fue profesor
fundador y estuvo impartiendo docencia desde 1966, fecha de fundación de la
UNPHU, hasta su muerte, acaecida el 13 de noviembre de 1970. Había nacido en la
Ciudad Colonial de Santo Domingo el 3 de noviembre de 1900.
Guillermo González
es de parte del grupo de lo que he llamado Primera Generación de Arquitectos
Modernos Dominicanos. Ese grupo formado por GG, José A. Caro, Los hermanos
Marcial y Leo Pou Ricart, Humberto Ruiz Castillo, entre otros.
Formado en Yale entre
1927 y 1930. En 1928 se le otorga el premio Fontainebleu, pero por su
nacionalidad dominicana no pudo recibirlo. En 1930 participa de la beca
Matchman Traveling gracias a la generosidad de su compañero Theodore Lamb, y
pudo hacer el viaje a Europa del que dejó toda una serie de excelentes dibujos.
Gustavo Moré escribe de ese viaje que “González regresa de Europa a Nueva York
hecho otro hombre, pero sobre todo convertido en arquitecto moderno y
vanguardista”.
Esa combinación de
aprendizajes, clásico en Yale y el conocimiento del moderno, sobre todo de los
arquitectos modernos nórdicos que tanto apreciaba durante su viaje a Europa, hizo que desarrollara esa
“versatilidad estilística” que le permitió navegar de un estilo a otro con
total soltura e igual destreza de diseño.
De vuelta a Santo
Domingo en 1932, sale de nuevo a Europa ese mismo año, donde conoce, en Málaga, a
Mercedes Fernández Canivel su futura esposa. En 1936 se asienta definitivamente
en Santo Domingo y comienza su fructífera actuación como el primero de los arquitectos
dominicanos. Ese año diseña el Parque Ramfis, Actual Eugenio Ma de Hostos; en
1939 construye el edifico Copello en El Conde, primer edifico moderno
dominicano; en 1942 diseña su obra maestra El Hotel Jaragua, demolido en 1985,
y en 1955 el conjunto de la llamada Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre,
que celebraba el Jubileo de la dictadura de Trujillo, por mencionar algunas de
sus principales obras.
Como profesor fue
uno muy especial. De poco hablar prefería dibujar, sentándose frente al tablero
del estudiante, con el cigarrillo en los labios, dibujándole la solución del
diseño, dejándole caer las cenizas del cigarrillo sobre el papel y diciéndole,
al pararse del taburete: “Eso es lo que tiene que hacer”.
A su muerte en 1970, había dejado el grupo más
significativo de obras modernas de la Republica. En 1985 a raíz de la absurda demolición
del Jaragua, el Grupo Nuevarquitectura relanza la figura de Guillermo y logra,
con el apoyo entusiasta del Arq. Rafael Tomás Hernández y del Arq. Eugenio
Pérez Montás, que en 1988 el Dr. Balaguer emita el decreto 503-88 que designa
el 3 de noviembre de cada año, fecha de nacimiento de González, como Día de la
Arquitectura Dominicana. Por esa época el maestro Prats Ventós dona al GNA un
busto en yeso de Guillermo González, que hoy también se presenta en este acto
con algunos de los dibujos originales de don Guillermo.
Guillermo González
se merece este reconocimiento, honrar honra.
OR
100 x 32 de Arquitexto
Carmen y Lourdes en el acto de puesta en circulación de Arquitexto 100. Foto OR. |
El viernes 16 de febrero se puso a circular en un acto que fue algo así como un evento para compartir con muchos amigos en el maravilloso espacio del Museo Fernando Peña Defilló, diseñado y administrado por Alex Martinez, el numero 100 de la revista Arquitexto.
Lourdes Periche y Carmen Ortega, sin olvidar a Hernani, a Angel, a Cristina, a Manosalva, a Doña Lourdes y ha todo ese maravilloso equipo, han realizado una labor titánica de mantener por 32 años esta revista que nace en 1985, como ellas mismas lo dicen, en los talleres de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña e inspirada en los trabajos que realizara el Grupo Nuevarquitectura. Ciertamente Emilio estará muy alegra allá en mi estrella con esta Arquitexto 100, como dijera Carmen esa noche memorable.
Arquitexto se ha mantenido , además, mejorando en cada edición la calidad y el contenido de la misma.
Felicidades Arquitexto. Su éxito es el éxito de toda una generación que cree en la arquitectura dominicana!
OR