La Quinta Fachada
de la Ciudad Colonial.
Hace tiempo me preocupa el estado de la quinta fachada de la Ciudad Colonial de Santo Domingo.
La quinta fachada es la vista de techos de una
edificación o , en este caso, de una ciudad. Normalmente se asume que los
techos no se ven y usualmente es así a menos que la ciudad pueda ser visible
desde un terreno o desde un sitio mas alto que ella. La Ciudad Colonial se
asienta sobre la primera terraza geológica de Santo Domingo en una zona mas o
menos plana, lo que limita la visión de los techos. Sin embargo, como ciudad
viva, la Ciudad Colonial de Santo DOmingo ha venido alojando una serie de edificaciones
del siglo XX de mas de tres niveles, sobre todo en la calle El Conde, donde
desde los años de 1920, y producto de la acumulación capitalista que conocemos
como “la danza de lo millones”, cuando la Primera Guerra Mundial disparó los
precios de los productos de exportación de nuestro país, sobre todo los de
nuestra “economía del postre”: azúcar, café y cacao, aparecen los primeros edificios
altos como el Cerame de 1924, La Opera en 1925, el Baquero en 1928, donde se usa
por primera vez un ascensor, el Diez en 1930 entre otros.
De repente se
comienza a tener una visión desde lo alto de la Ciudad Colonial.
Hasta los años de
1960, al final de la dictadura de Trujillo, la Ciudad Colonial, con la calle El
Conde a la cabeza, asume el perfil de una ciudad moderna y se inicia la visión de
la quinta fachada de la ciudad.
A partir de los años de 1970, con el inicio del programa de restauración y conservación de los principales monumentos de la colonia, se empieza a construir la cultura de la preservación histórica que permite rescatar la ciudad de un proceso de arrabalización y pauperización a pesar de las primeras intervenciones quizás demasiado escenográficas y poco sensible al tema de la vivienda, manifestado en los desalojos de las familias pobres que arrabalizaban los inmuebles. Este programa asumió la consolidación estructural de las edificaciones incluyendo, obviamente, el tratamiento de los tejados y muchas edificaciones coloniales fueron terminadas con una torta de cemento sobre las losetas de los techos romanos y los techos cerámicos- tejas y losetas- en algunas de ellas fueron sustituido o , digamos, reforzados, con el material que aseguraba que se controlaran las filtraciones: el hormigón.
Con el tiempo se comenzaron
a utilizar productos impermeabilizantes de diferentes colores: el negro del
asfalto, el blanco, el gris y el plateado, de los diferentes selladores, total,
me imagino que fue el argumento, los
techos no se ven. Pero con el tiempo, también, los techos se han comenzado a ver,
sobre todo porque ahora tenemos terrazas en edificios altos, y sobre todo, las
aplicaciones como Google Earth y el uso cotidiano de los drones, con sus vistas
aéreas, han hecho accesible la visión de los techos y la quinta fachada de
nuestra Ciudad Colonial que aparece en estas visiones es crítica, sobre todo en
la zona monumental, donde se ven una serie de techos de los mas variados
colores y se aprecia poco el color de las losetas y las tejas originales de las
edificaciones coloniales, -y cuando aparece es en una versión de pintura
impermeabilizante bastante burda que podemos apreciar en edificios tan
importantes como el Convento de los Dominicos o las casas de la Plazoleta de
los Curas, al sur de la Catedral.
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Entorno de la Catedral. OR |
Solo hay que ver la
coherencia desde el aire que muestran ciudades como Venecia y Florencia, para
entender el valor de la quinta fachada en el paisaje urbano.
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Venecia y la Zona Monumental de la CIudad Colonial de Santo Domingo. Google Earth. |
Actualmente se desarrolla la segunda fase del programa de Fomento al Turismo en la Ciudad Colonial de Santo Domingo financiado por el BID, quizás desde esa programa podría contemplarse algún proyecto que atendiera las techumbres coloniales y desarrollara algunas normativas.
Ahí les dejo la
idea.
OR