lunes, enero 07, 2019

Por Amor a Zuna




Por Amor a Zuna.

Zuna es Zunilda Durán, viuda de mi hermano Matiita, madre de Abdalita, Benrubi y Hamlet. Zuna se nos fue,”como del rayo”, este sábado víspera de Reyes y se fue con su mirada transparente, una mirada que te podía fulminar cuando era preciso,  y su sonrisa bondadosa.
De Zuna guardo los mas bellos recuerdos de cuando era joven e indocumentado y me iba a pasar la Semana Santa en aquella casa de madera y alzada sobre pilotes del Batey de Sosúa, en Puerto Plata. Matiita  trabajaba en la empresa de los judíos que Trujillo habia dejado entrar, como parte de su plan de blanquear la población dominicana, cuando ningún pais en América lo aceptaba, a finales de los años 30 del siglo pasado. Fueron los años previos a la guerra de abril del 65 y la familia se iba esa semana a pasarla en la idílica Sosúa, con su playa y con el Oasis, un bar al que nunca fui porque era apenas un niño, pero me quedé con el nombre en mi memoria y con el deseo de haber ido.
Esa semana Zunilda se multiplicaba en atendernos, recuerdo los desayunos con los productos Sosúa que nos preparaba, ahí descubrí el paté de Sosúa que solía acompañar de los huevos fritos mas sabroso que he probado. Dormíamos en colchones puestos sobre el piso de madera y toda la semana era una fiesta, con Zunilda de anfitriona. Fueron dias felices que continuaron luego con los sobrinos y con el clan Rancier que se aposentó en el ensanche Atala, donde vivía Ita, quien con Flavio prácticamente inauguró el barrio, y luego llegaron Matias y Zunilda y también Yleana -no se si en ese orden. Entonces las fiestas familiares se hacían en Navidad en el Atala, a veces donde Zuna y otras veces donde Ita y donde Yleana. Luego de la muerte de  Matias, a quien siguieron con demasiada prisa Marinito y luego Papá, cada quien fue tomando su rumbo y fueron menos las oportunidades de juntarnos en familia. Las últimas reuniones familiares la realizamos, antes de la muerte de Mamá, en Juan Dolio y siempre con la presencia  de Zuna.
Mis sobrinos, sus hijos, recibieron siempre el apoyo y el soporte de Zuna, amorosa y severa cuando era preciso. Abdaly trabajó conmigo en aquella Brea & Rancier mítica de la 27 de Febrero con Barahona, con Emilio, Pedro, Coqui, y tío Raúl. Benrubi, siempre cabeza caliente, animaba los encuentros alternando chistes y tragos con Ilmar y con Chito y Hamlet, la persona mas cariñosa del mundo, ha seguido repartiendo los mas calurosos abrazos que puede uno recibir.
En ausencia de Matiita, Zuna crió sus hijos con amor y responsabilidad, con la presencia siempre de los Durán, mocanos de pura cepa. Me había olvidado decir que Zuna era de Moca, donde conoció a Matias, donde se enamoraron y se casaron porque sí y sin decirle a la familia.
La última vez la vi en Juan Dolio y aun recuerdo su sonrisa y sus ojos claros.
Sí, se que estará ahora en mi Estrella Poblada, donde quiera que esté, y de repente me doy cuenta que se me han ido muchos ¡demasiados!
OR.



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