viernes, abril 29, 2016

Donde digo digo...

Donde digo digo...

Foto tomada de internet.

En nuestro país la norma es que no se cumplan las normas para favorecer sectores económicos y políticos. Cualquier normativa que pretenda dar iguales oportunidades a los ciudadanos, tratando de lograr ese concepto tan escurridizo como es “la calidad de vida” colisiona  siempre con los intereses de los que han tomado el neoliberalismo como patente de corso para hacer lo que les de la gana. A los que nos hemos opuesto a esta corriente nos han tachado, peyorativamente, de “facultos”, “utópicos” y hasta de “radicales “ y “ comunistas”.
Ahora y producto de los reclamos de un grupo de vecino que entienden que un proyecto de un Hotel de lujo  puede lastimar sus derechos y que denuncian que la construcción se ha iniciado sin los permisos correspondientes y  que el proyecto viola las restricciones normativas de las altura, se pone de nuevo sobre el tapete el tema de las regulaciones, planes y normativas. La práctica constructiva en el país permite que muchas veces los proyectos comiencen sin los permisos aprobados. En este caso, como en casos anteriores, el problema reside en que se quiere argumentar la pertinencia económica del proyecto y ponerla por encima de las normativas.
Por eso  resulta alarmante que una asociación empresarial declare que apoya un proyecto turístico aun si no cumple con las normativas urbanas, que en todo caso están por encima de cualquier condición turística. Es lamentable que se argumente con  la desagradable comparación entre hoteles y centros educativos , poniendo por encima al derecho a la enseñanza el comercio turístico.  Y aún peor es que se sugiere que la presencia del Presidente de la República sea un referente para violar las normativas urbanas. Si ciertamente nuestra economía actual depende en mucho del sobrevalorado “desarrollo  turismo” , el mismo no es ni será la panacea para nuestros problemas de desarrollo y   que además  trae consigo muchos males sociales y ambientales  asociados cuyo impacto en la sociedad y el ambiente dominicano  no se ha dimensionado.
Resulta curioso que justamente en el momento donde por primera vez se hacen grandes esfuerzos para dotar a nuestro país no solamente de un marco legal de planificación sino también de un Sistema de Planificación; en un momento cuando el país se prepara para participar el Foro mundial que realiza la ONU cada 20 años, Habitat III, y que plantea una nueva agenda urbana para tener ciudades sostenibles, un grupo empresarial plantee apoyar un proyecto que no cumpla las normativas, esto al margen de si se está tramitando los permisos, porque se está hablando de una cuestión de principios.
Esta misma asociación ahora reconsidera lo que dijo anteriormente en un ejemplo memorable del dicho de “ donde digo digo no digo digo si no que digo Diego” pero la verdad es que, como dicen popularmente: “se les vio el refajo”. No se puede seguir argumentando que las normativas deben cambiarse, violarse o simplemente ignorarse por qué determinado proyecto supone una inversión, rentable- of course-muy rentable, obviamente, que dará trabajo a no sé cuántas familias sin tomar en cuenta que fastidiará la vida a otro número de familias que tienen lo que se llama el “ derecho a la ciudad”.
 La ciudad supone oportunidades, entre ellas las oportunidades de negocios, pero sobre todas las cosas está ese derecho a vivir en una ciudad sostenible, ordenada, compacta y ambientalmente sensible. El derecho a los negocios de los grupos empresariales no puede darse a costillas del concepto del “buen vivir”, el sumak kawsay[1] como dicen los indios quechuas, que tienen todos y cada uno de los habitantes de la ciudad, incluyendo a los promotores e inversionistas que de seguro protestarían si en su hábitat se les quisiera imponer un uso inadecuado.
Creo que es prudente escuchar a los vecinos de este proyecto y es prudente también que el Ayuntamiento clarifique sus normativas y que una vez formuladas las cumpla. Creo todos tiene derecho a aprovechar las oportunidades que oferta la ciudad, pero respetando el derecho de los demás.
Lo que ha venido pasando en esta ciudad de Santo Domingo, como en otras ciudades dominicanas, es que se miden los proyectos con varas diferenciadas y eso no hace ciudad y si la hace es más una pesadilla de ciudad que una ciudad posible.
OR





[1] “La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte digna, el amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno -visto como un ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro)”. Plan Nacional para el Buen Vivir 2009 – 2013.Ecuador.

domingo, abril 24, 2016

De nuevo Abril.

Grafica tomada de www.cielonaranja.com


Era cerca de la una de la tarde de un sábado de abril. Tenía trece años y esperaba  debajo de la mata de almendras que daba sombra y fresco a la casa paterna de la Benigno del Castillo número nueve en San Carlos, que Papá se terminara de alistar para acompañarle al esperado juego de softball en el que participaba cada semana en la Liga Enriquillo, que tenía el play en el patio de la casa de Tío Pelayo, hermano de Papá, en la casi despoblada Lope de Vega. El año era el 1965 y nadie se imaginaba que esa fecha, 24 de abril, sería una fecha memorable en la lucha por las libertades democráticas del país dominicano. 

Cuando ya íbamos a salir de repente se oyó en la radio la voz atronadora de Peña Gómez anunciando la revuelta por la instauración del gobierno democrático de Juan Bosch que había sido depuesto por los militares trujillista  dos años atrás. Esa revuelta se conocería después como la Revolución de Abril o la Guerra Patria del 65, una de las gestas donde se cumplía lo que dice nuestro himno nacional

Que si fuese mil veces esclava
Otras tantas ser libre sabrá.

En aquel momento me despedí de la adolescencia con apenas 13 años y comencé a configurar una posición ideológica que aún pervive en mi y de la que me siento orgulloso. Con apenas 13 años me enrolé en la Academia de Comandos Constitucionalista y cada tarde partía desde la Avanzada A, en los frentes del desaparecido  cine San Carlos; comandada por el fiero Chestaro, a quien nunca me he atrevido testimoniarle mi admiración, aunque lo veo de vez en cuando; con un madero que simulaba un rifle, hasta el parque Eugenio María de Hostos, donde nos enseñaban a ranear entre alambradas de púas y estrategias de combate para enfrentar al invasor yanki que cuatro días después de aquel glorioso 24 de abril invadieron el país con  esos:

“Cuarenta y cinco mil hijos de perra 
bajaron con sus armas y sus cuentos, 
con ametralladoras y napalm, 
con objetivos claros y concretos: 
“poner en libertad a los ladrones! 
y a los demás hay que meterlos presos!”.

como escribiera Neruda en ese admirable “Versainograma a Santo Domingo

Nunca participé en combate, mis padres me trasladaron a la casa de mi hermana frente a la UASD, pero sufrí la pérdida de amigos cercanos asesinados por los francotiradores yankis y vi innumerables cadáveres de jóvenes que ofrendaron su vida por este terruño. 

Hoy a 51 años de esta gesta que las jóvenes generaciones a penas conocen y cuyos ideales, que fueron los ideales de aquella Raza Inmortal que desembarcaron por Constanza, Maimón y Estero Hondo en 1959, se han olvidado entre los fuegos fatuos del poder que corrompe todo, me embarga un pesado sentimiento de tristeza al mirar hacia atrás y ver tantas vidas útiles pérdidas para nada: La Raza Inmortal, en la que vino mi tío, Danilo Valdez Borges, hermano de Mamá, Manolo, Luis Parrish, Los Palmeros, Caamaño...

Siempre recordaré los ojos llorosos de Mamá cuando observábamos impotentes las huestes invasoras marchar en dos columnas por la calle que no había sido mancillada hasta que se firmó el acta que dio por  finalizada, parcialmente, por qué lo que continuó fue una guerra de exterminio de constitucionalistas,  la guerra de abril. Siempre me inclinaré reverente frente al Copello , con las cicatrices de los disparos ,que albergó dentro de su arquitectura de calidad el gobierno constitucionalista. 

Sí, me siento orgulloso de haber vivido esa gesta y siempre la tendré presente, porque fue una guerra justa y desigual, patriótica y revolucionaria, que desafortunadamente parió un futuro, que hoy es presente y que tiene muy poco, por no decir nada, de los ideales de aquellos héroes.



Como de alguna manera la Guerra de Abril es Caamaño, les dejo con esta poesía que escribiera mi madre cuando lo asesinaron en las montañas de Quisqueya, donde cayera de igual manera asesinado Manolo Tavares Justo. 

 Al Coronel de Abril

Era Gallardo y valiente
Este guerrero gentil 
Era tenaz, persistente
Era el ¡Coronel de Abril!
Cayó peleando de frente
En sus manos el fusil
Regó su sangre caliente
En holocausto inclemente
Nuestro Coronel de Abril 
Llora Quisqueya y su gente
Con lágrimas de dolor
Pero piensa heroicamente 
Que coroneles como ese
Tienen un trono esplendente
Con rayos de puro sol
En el alma, el sentimiento,
En la vida y corazón 
De cada dominicano
Que recordarán para siempre
El poderío de su mano
¡Salve Guerrero Gentil!
¡Salve Coronel de Abril!

Marina de Rancier
OR