domingo, diciembre 31, 2017

A Ingrid...





En Arroyo Frio, Luis, Maura, Martha, Omar, Juan, el padre de Ingrid e Ingrid. Detrás Hanna y los mellizos.
Asi la recordaré.

Se fue Ingrid.
Se fue con la brisa fresca de un diciembre caluroso y se llevó con ella su particular forma de reírse, su energía inagotable, su amor por la vida y a la aventura.
Se fue, pero se quedó en cada uno de sus amigos que la aprendimos a querer y que apreciamos su creatividad en poemas y performances. Se quedó en Juan, que la acompañó amorosamente a todo lo largo de su vida, en las buenas y en las malas y quien fuera el vínculo de la amistad que floreció entre nosotros; en Hanna y sus preciosos mellizos. Dejó su rastro de amistad y amor en hechos y en palabras que fue tejiendo cuidadosamente desde el fondo de su alma.
¡Qué pena tan honda es tener conciencia de que, así, de repente, ya no está!
¡Qué débil es el cuerpo, que frágiles somos!
Siempre me sorprende como el sentimiento se puede enredar en la garganta y volverse agua en los ojos.
¡Qué fin de año más terrible!


OR 


MIEDO A LO DESCONOCIDO


Cada vez que trato algo nuevo, me pongo de muy mal humor, puedo contestar mal y parecería que el mundo se derrumba por todos lados.
Y fue esta mañana en la que escuchando el mantra de OM TRAYAMBACAN supe que así es.

Increíble, cierto!!!, estas situaciones que son para cambiar y aprender, yo las desecho, pues me causan temor.
No había caído en la cuenta hasta ahora que tenemos una casa en Arroyo Frio, una circunstancia muy feliz,  situaciones que deberían de ser placenteras, en mi solo produjeron repetidamente, cambios muy feos de humor y animo, inquietud y molestias, con excusas tan tontas e injustificadas, como que no cabrían los  invitados o que el trabajo extra que acarrearían sería mucha carga, cuando el Universo me ha provisto de toda la ayuda para no cargar de mas.
Es como si considerada que todo debería mantenerse invariable y que las aventuras y retos presentados por este viaje maravilloso que es la vida, no debieran existir.

¿En qué momento deje de ser la aventurera que tanto me enorgullecía y que no estaba acostumbrada a perder?, no importa realmente. Ahora contemplo mi vida y me doy cuenta que también eso lo debo cambiar, no para quedarme allí en posición fetal y escondida en la oscuridad, sino para resurgir desde el piso con humildad, pararme y rediseñar las estrategias para continuar avanzando, y como me recordó una vieja amiga, CONFIAR, confiar en Dios, en la Madre Naturaleza, lo Divino en mi rededor, lo Divino en mí,  que todas las situaciones están aquí para aprender de ellas, que las necesitamos,  que son valiosas, muy valiosas y que mucho importan todas las veces que nos toque vivirlas, porque quiere decir que aun no aprendemos las enseñanzas que vienen a mostrarnos.

Así lentamente,  caminamos por esta vida, donde cada una de las situaciones son para vivirlas y agradecer en grande las enseñanzas que vienen con ellas.
Ingrid Contreras de Mubarak