OREn diciembre del año pasado Cristóbal publicó este texto en el Listín Diario, y nos pide que lo compartamos con los lectores de PeNéLopE.El Malecón fue objeto, en octubre del 2010, de uno de los foros de EspaciosUNPHU y en el mismo se presentó el diseño realizado por un grupo de arquitectos bajo la dirección de la Arq. Patricia Cuevas, aquel trabajo que había sido presentado al Concejo de Regidores y aprobado, es una propuesta de una calidad de diseño superior a lo que se ejecutó en Guibia; la pregunta obligada es ¿por cual motivo se cambió esta propuesta por la que se ha hecho? ¿qué alquimia política trasmutó lo bueno en lo menos bueno? Nunca llegaremos a comprender por que se prefiere no construir las propuestas buenas en favor de otras con menos bondades de diseño y no decimos que la intervención de Guibia sea mala, pero pudo ser mejor. De nuevo nos enfrentamos a la paradoja de Emiliano Tejera: Bien muerto pero mal matado.
Imagenes del proyecto presentado por la Arq. Patricia Cuevas en el Foro EspaciosUNPHU y el cartel promocional del mismo
GUIBIA Y LAS ACERAS DE LA CIUDAD.
Arq. Cristóbal Valdéz
Debemos felicitar al Alcalde Roberto Salcedo por haber rescatado Güibia para todos los ciudadanos del Gran Santo Domingo y el país. Es una obra que re-inicia el adecentamiento de todo el Malecón como espacio público por excelencia de la ciudad.
60 millones de pesos invertidos para lograr espacios de sana diversión y esparcimiento valen la pena. Se abre de nuevo una ventana hacia el litoral, la playa y el mar caribeño. Santo Domingo, acostumbrada a vivir de espaldas al mar, abre una puerta integradora del paisaje marino y la ciudad empieza de nuevo a confundirse con el mar. Gracias Roberto.
Sin embargo, escapa a mi entendimiento, como se le otorga tanta atención a una obra puntual y millonaria, aunque necesaria, y sin embargo, las obras que son más baratas o gratis no les ponemos la debida atención.
Me refiero al espacio público que el sector privado construye todos los días. Los promotores de viviendas individuales, torres residenciales, edificios comerciales, etc., intervienen la ciudad diariamente y la construyen. Es la fuerza mayor en la construcción, tanto de la ciudad formal como informal. Este espacio público, las aceras, no le cuesta un solo centavo al Cabildo y a lo mejor por eso no lo atiende.
En días pasados me entretuve haciendo un conteo, en el Polígono Central, y habiendo identificado 65 torres en diferentes etapas de construcción, sus aceras correspondientes, con un promedio de 30.00 metros de largo (2 kilómetros de aceras), habían sido abandonadas por el ADN y dejadas a la voraz discreción de los inmobiliarios. Con muy contadas excepciones, los anchos de las aceras habían sido marcadamente reducidos, las rampas de accesos vehiculares se iniciaban en los contenes o a medianía de acera, los árboles, en los casos que eran plantados, sin un orden, relación o respeto a normativas existentes, los pavimentoscomo bien les pareciera o decidieran los desarrolladores, y un largo etcétera. Y el Cabildo ni por asomo asume su responsabilidad de gestionar este espacio público, el más cercano a los ciudadanos.
Estos espacios públicos, las aceras, repito, no le cuestan un centavo al Cabildo, lo único que tiene que hacer es asumir su responsabilidad legal de gestionar la ciudad, de hacer respetar las leyes, y las reglamentaciones vigentes.
No tiene personal de supervisión suficiente para hacer cumplir las leyes? Entonces que revise sus prioridades de inversión. 2 kilómetros de aceras se pudieron haber rescatado comoespacio público, el más útil para que la población pueda disfrutar de un entorno que enaltezca la calidad de vida de los ciudadanos que quisieran utilizar y disfrutar de la ciudad y el entorno donde viven. El espacio público de todos los días.
Menciono el Polígono Central porque es uno de los territorios que tiene normativas específicas, pero estos principios se pueden aplicar a todas las aceras de la ciudad, no importa el estatus social o económico de la comunidad que los habita.
Esto revela que el problema no es la existencia o no de las reglamentaciones, sino de la GESTION. Gestionar la ciudad es lo que debe hacer el Cabildo, con una idea clara de la ciudad que todos queremos, identificando las oportunidades que se presentan para aprovecharlas creando espacios públicos, que no cuestan dinero al Cabildo, pero si necesarios para la vida cotidiana. No solo espacios costosos como Güibia.
Roberto, cuida también aquellos espacios públicos que no le cuesta nada al Cabildo, y que son fundamentales para el desenvolvimiento diario de todas las actividades de la ciudadanía.
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