Leyendo lo que escribiera Plácido sobre la arquitectura de José Antonio Caro en su blog Arquitectura en Bici (arquitecturaenbici.blogspot.com), recordé este artículo escrito hace ya 18 años ( poco menos que nada según Gardel) y publicado en la página Nuevarquitectura que el grupo mantuvo un tiempo en el desaparecido diario El Siglo.
OR
Omar Rancier. El Siglo. Viernes 23 de febrero de 1990
1. Introducción.
Definitivamente, las obras de Guillermo González resumen lo mejor del Movimiento Moderno en el país. Lo que constituye un doble triunfo por lograr esa concretización en un país aislado por una tiranía.
Para nosotros, las obras del demolido Hotel Jaragua y el Palacio del Ayuntamiento del Distrito Nacional, representan la cumbre del movimiento Moderno Dominicano, sin embargo, aún siendo González el catalizador de ese movimiento en nuestra tierra, su arquitectura se desarrolla lejos de la rigidez iconográfica que, aún hoy, caracteriza a los arquitectos modernos. La arquitectura doméstica de González nos demuestra cual versátil podía ser en el diseño cuando se apartaba de ese "racionalismo mural" que el Arqto. Pérez Montas señala como posible influencia del arquitecto austriaco Richard Neutra, y que caracteriza la obra institucional de González.
El presente trabajo pretende demostrar que la versatilidad estilística y las referencias históricas caben perfectamente dentro de una concepción moderna no ortodoxa, como creemos fue la de González.
2.El moderno y la negación de la historia.
De todos es sabido que el Movimiento Moderno se desarrolla en base a una negación sistemática de la historia, apoyado en las tecnologías de los nuevos materiales y en la naciente producción industrial.
Esto acompañado de una obsesión por la consistencia formal al punto de no aceptar ninguna sugerencia que pudiese “deformar” la concepción de lo que consideraban como la arquitectura verdadera. Obsesión compartida por muchos de nuestros arquitectos en la actualidad.
_ Por otro lado, "La teoría y la exégesis oficial -nos dice Colin Rowe- habían insistido en que la arquitectura moderna no tenia ningún contenido iconográfico, que no era mas que la ilustración de un programa, una expresión directa de un objetivo social" y continua Rowe mas adelante planteando que "Teóricamente, la arquitectura moderna se concibió como una respuesta racional y desprejuiciada a la ilustración del siglo XX" y en otra parte completa Rowe "que la idea de que cualquier copia, cualquier empleo de modelos tísicos precedente, sea una falta de agudeza creativa, constituye una de la intuiciones centrales del movimiento moderno". O sea, que lo clásico, o de manera mas general, las arquitecturas anteriores, representaban una tradición que había que vencer en aras de la redención de la humanidad, en parte por que la arquitectura moderna nace como arquitectura de vanguardia y en parte porque la arquitectura moderna se gesto en las mismas fuentes que el socialismo, y por y ideología, se oponía a las concepciones burguesas de la época.
El mas grande de los difusores de esta nueva arquitectura, en el plano personal, fue Le Corbusier, quién escribiera, febril y apasionadamente sobre las excelencias de ese estilo; uno de sus dos nombres "oficiales" –Estilo Internacional- se lo endosaron dos norteamericanos, quienes eran historiadores en 1932: Philip Johnson, quien posteriormente se convertiría en uno de los arquitectos modernos mas exitosos y actualmente uno de los mentores del posmoderno y del deconstruccionismo y Henry Russel-Hitchcock; la escuela moderna la definió Walter Gropius y su Bauhaus.
Guillermo González nace en esa época de catarsis, pero se forma fuera de esa efervescencia y dentro de los cánones tradicionales de la Academia en unos Estados Unidos libres aún de los cambios que ocasionarían posteriormente Gropius, Mies, Breuer y otros ex-alumnos de la Bauhaus.
La llegada del Moderno a los EE. UU. Marca definitivamente el cambio de orientación ideológica del Movimiento. De una propuesta revolucionaria socialista en la Europa de entre guerras, el Moderno pasa a ser un movimiento que le proporciona una nueva imagen al gran capital norteamericano, manteniendo su definición anti-clásica que lo caracterizo desde sus inicios.
Guillermo González, formado en la escuela clásica, entra en contacto, en viaje realizado a Europa en 1931, con el Movimiento Moderno y es ganado por éste. Pero su formación académica siguió latente y emergió en contadas ocasiones, rompiendo con la rigidez formal del Moderno, del que fue mentor y padre en la República Dominicana.
3. El movimiento moderno y el continuum de la historia.
En trabajos anteriores hemos insistido en que la arquitectura es un fluido único y constante, un continuum citando a R. Stern. Ese continuum no se ha podido romper aun y cuando se ha intentado conscientemente, desligar la arquitectura moderna de las arquitecturas anteriores.
Dentro del Movimiento Moderno se han desarrollado planteamientos procedentes de la arquitectura clásica, demostrándonos que la historia no se traiciona. De una manera muy sutil, algunos de los maestros de la arquitectura modernas han retomado los temas clásicos y lo han desarrollado dentro delos nuevos planteamientos estéticos y funcionales.
Tomaremos como ejemplo, por ser quizás los más relevantes, la relación modular establecida por Colin Rowe, entre la Mansión La Roche en Garches, de Le Corbusier y la villa Malcontenta. de Andrea Palladio, en su ensayo titulado “Las Matemáticas de la Villa Ideal" y la estrecha relación que se ha señalado entre Mies van der Rohe y Karl F. Schinkel, así como el comentario dejado caer por ese exégeta furibundo del moderno, Bruno Zevi, de que "no hay gran diferencia entre la villa Farnese y el Seagram”. O sea, que a pesar del radicalismo del Movimiento Moderno en el sentido de romper con el pasado, siempre se mantuvo un tenue cordón umbilical que aseguro la continuidad histórica en los momentos mas dramáticos de esa aparente ruptura, lo que posteriormente se evidencia en la poderosa arquitectura de Louis Kahn, entre otros.
En el país, tanto González como Caro, por mencionar otro de los grandes arquitectos dominicanos, pasaron de un estilo a otro con cierta facilidad; sin embargo, diferente que Caro, González localiza su rompimiento mas evidente en sus viviendas aisladas, y posteriormente, en el despunte contextualista del Bank of América.
4. Guillermo González, reflexiones sobre una aparente contradicción.
Formado dentro de los cánones de la escuela Beaux Arts; formulador de las primeras directrices en Santo Domingo del estilo internacional. Diseñador del Parque Infantil Ramfis, actual Eugenio María de Hostos, dentro de un marcado estilo neo-clásico (axialidad,
centralidad, tratamiento simétrico de los pabellones. . .) y también autor del edificio Copello, que se enmarca dentro de los preceptos del Movimiento Moderno (plante libre, fenetres a longeur, etc...)
Autor del Hotel Jaragua, obra maestra de la arquitectura racional en el país y diseñador de la "Feria de la Paz Confraternidad del Mundo Libre", cargada de la monumentalidad, el simbolismo y la centralidad propias del neo-clásico fascista racional, donde se encuentra su otra obra maestra, el Ayuntamiento, en la cual se detectan algunas premisas propias del neo-clasicismo.
Diseñador de un grupo de viviendas aisladas, verdaderas villas, totalmente inmersas en un formalismo hispánico, con toda propiedad tratado, y autor, conjuntamente con William Reid, del ensayo contextualista del Bank of América de la calle El Conde.
Guillermo González, visto así rápidamente, nos parece un arquitecto de amplio espectro estilístico, si se nos permite al término. Sin embargo, su obra más significativa es, a todas luces, moderna. Sus edificios públicos y no hay que olvidar que declaraba qua se sentía mejor "Proyectando edificios públicos que viviendas residenciales", fueron detalladamente diseñados dentro da los preceptos del Movimiento Moderno-Estilo internacional, por lo cual con toda propiedad podamos decir que González fue un verdadero arquitecto moderno, pero nosotros agregamos, que fue un moderno no-ortodoxo porque:
1) No negó su formación neo-clásica; por _el contrario, supo sacarla partido a esa enseñanza, principalmente en el manejo de los símbolos y de la escala monumental; como lo demuestran el Parque Ramfis y la Feria y dentro de ésta el Ayuntamiento.
2) Supo manejar diferentes estilos a escala doméstica, tan diferentes como los de la llamada "Casa Telefunken" y la casa Vicini, una dentro da un correcto moderno y la otra dentro de un convencional neo-hispánico, cuyas raíces, creamos, se deben buscar no solamente en al período de formación, qua cumplió en los talleres de dibujo da la Secretaria da Obras Publicas durante la intervención americana del 1916, sino, también, en la estancia de González en España, donde realizó, de acuerdo a la revista Proyectos y Materiales, "maravillas de arquitectura andaluza". Otras de las posibles influencias que conformarían la no-ortodoxia de González podría ser una relación con Edward Durrel Stone, considerado como “manierista histórico” por algunos críticos de arquitectura.
No obstante hay que considerar, por otra parte, que algunos esquemas formales que González desarrolló en esas viviendas neo hispánicas fueron sugeridas por los clientes como correctamente se han planteado; mas aun, cuando al propio González declaraba que "no había buenos arquitectos, sino buenos clientes". Declaración qua coincide con aquella de Louis Kahn, quien decía: "No existan dificultades con el cliente, si un arquitecto litiga con su cliente, quiere decir que tiene dificultadas consigo mismo". Y ha de observarse que Kahn fue también formado en la Beaux Arts, como González.
Para nosotros, González, formado en la Academia, ganado por el moderno, conocedor de la arquitectura andaluza y amigo de Stone, elaboró su propia manera de hacer arquitectura, tomando lo que consideró mejor de las diferentes corrientes.
Esa visión amplia del que hacer arquitectónico, favoreció la versatilidad de González, quien pudo escoger de diferentes repertorios conocidos a medida que las circunstancias se lo exigían o que su propia convicción se lo dictara, logrando significativos aciertos en uno u otro estilo y consiguiendo en algunas obras, una refinada conjunción estilística propia de un verdadero maestro, aspecto que ha tratado Gustavo Moré anteriormente en un análisis del Ayuntamiento y que observamos en la residencia Peynado, en la Ave. Bolívar, donde González esconde un vocabulario moderno detrás de unos techos y unas balaustradas de marcado acento hispánico.
González jugó con esa contradicción unas veces en todo el planteamiento formal, como en los casos mencionados, y otros en algunos detalles decorativos que introdujo en sus espacios modernos. Como el caso de la gran lámpara que adornaba el salón de bailes del Hotel Jaragua.
Venturi hubiese visto algún tipo de "contradicción adaptada” en este juego de "introducir objetos familiares en un contexto no familiar" y de utilizar las “convenciones de una manera anti convencional”.
Por otro lado la versatilidad de nuestro arquitecto no se limita a contraponer el neo hispánico frente al moderno, sino que dentro del estilo moderno manejo códigos diferentes.
Eso lo observamos, precisamente, en sus dos obras más representativas: El Hotel Jaragua y el Palacio del Ayuntamiento.
El Jaragua es una obra compuesta por volúmenes que se integran
Libremente, generando un ligero movimiento de rotación. O sea que se utilizo en su diseño la "sintaxis de la descomposición cuadrimensional", que Zevi considera entre sus siete invariables de la arquitectura moderna en su libro "El Lenguaje Moderno de la Arquitectura". Y ciertamente, el Jaragua, con sus volúmenes articulados, debía contemplarse desde diferentes puntos de vista para poder apreciarlo totalmente.
Por su parte el Palacio del Ayuntamiento expone una frontalidad total en su diseño. Es un prisma puro horadado y que presenta una centralidad tal que nos parece que el mejor punto de vista para apreciarlo es el frontal.
Incluso los pabellones que se disponen simétricamente son tratados con una horizontalidad que refuerza la frontalidad del mágnifico cuerpo central.
5. La poética de la versatilidad.
Para Umberto Eco, la poética es la capacidad que tiene un texto para sugerir diferentes lecturas sin llegar a agotarse. En la obra de González encontraremos una serie de lecturas distintas que van desde las consideraciones de entender su obra como "romántica" hasta el calificativo de "Elefante B1anco" que endilgaron al Jaragua algunos periodistas y algunos arquitectos, pasando por la lectura del racionalismo mural y el neo-hispánico señalados anteriormente. Pero mas aun: la polémica en torno al Jaragua, que estableció algunas de las lecturas mas contradictorias de la obra de González, evidencio un curioso fenómeno: Las escuelas y arquitectos alineados con el moderno, cuyo ejemplo máximo en el país lo diseñara González, estuvieron paradójicamente, de acuerdo con la demolición, contrario a las escuelas que se alinean con la apertura formal del inclusivismo.
Para nosotros, esta contradicción aparente confirma la fuerza de la poética de nuestro arquitecto.
Esa poética de la versatilidad se desarrolla en González al filo de la inconsistencia formal, considerando como tal, la separación consciente y contradictoria de los parámetros formales que definen su arquitectura más significativa. Pero esa separación se hizo con tal propiedad y con dominio tan consumado del vocabulario "otro", que el calificativo de inconsistencia no cabe, sino el de versatilidad.
Como ya hemos dicho, la obra .significativa de González se enmarca dentro de la arquitectura
Moderna—Estilo Internacional. El Copello de 1939, El Jaragua de 1942, El Jaraguita de 1945, El Hamaca del 1951, el Palacio del Ayuntamiento de 1955; unos mas que otros, constituyen muestra ejemplares de arquitectura Moderna, unos cercanos a Le Corbusier, otros a Terragni y otros francamente clásicos; pero todos con esa presencia Moderna definitoria.
En la atmósfera asfixiante que se respiraba en la Era de Trujillo, González, supo manejar su diseño para evitar caer en la arquitectura que manipuló el régimen y aunque el planteamiento formal que desarrolló en La Feria realmente se puede incluir entre la clase de arquitectura de un régimen de Fuerza, recordándonos la arquitectura fascista, del régimen de Mussolini, el gesto total del proyecto nos recuerda no esa arquitectura fascista sino la fascista racional de un Giuseppe Terragni que finalmente fue segregado del grupo de los arquitectos afectos al régimen fascista.
El manejo que González dio a su arquitectura fue lo suficientemente flexible para considerarlo no-ortodoxo y lo suficientemente racional para considerarlo Moderno. Pero sobre todas esas consideraciones esta el Guillermo González arquitecto, que trasciende las simples consideraciones estilísticas y fue creador de la mejor muestra de arquitectura moderna no sólo en el país, sino en toda la región del Caribe.
Definitivamente, las obras de Guillermo González resumen lo mejor del Movimiento Moderno en el país. Lo que constituye un doble triunfo por lograr esa concretización en un país aislado por una tiranía.
Para nosotros, las obras del demolido Hotel Jaragua y el Palacio del Ayuntamiento del Distrito Nacional, representan la cumbre del movimiento Moderno Dominicano, sin embargo, aún siendo González el catalizador de ese movimiento en nuestra tierra, su arquitectura se desarrolla lejos de la rigidez iconográfica que, aún hoy, caracteriza a los arquitectos modernos. La arquitectura doméstica de González nos demuestra cual versátil podía ser en el diseño cuando se apartaba de ese "racionalismo mural" que el Arqto. Pérez Montas señala como posible influencia del arquitecto austriaco Richard Neutra, y que caracteriza la obra institucional de González.
El presente trabajo pretende demostrar que la versatilidad estilística y las referencias históricas caben perfectamente dentro de una concepción moderna no ortodoxa, como creemos fue la de González.
2.El moderno y la negación de la historia.
De todos es sabido que el Movimiento Moderno se desarrolla en base a una negación sistemática de la historia, apoyado en las tecnologías de los nuevos materiales y en la naciente producción industrial.
Esto acompañado de una obsesión por la consistencia formal al punto de no aceptar ninguna sugerencia que pudiese “deformar” la concepción de lo que consideraban como la arquitectura verdadera. Obsesión compartida por muchos de nuestros arquitectos en la actualidad.
_ Por otro lado, "La teoría y la exégesis oficial -nos dice Colin Rowe- habían insistido en que la arquitectura moderna no tenia ningún contenido iconográfico, que no era mas que la ilustración de un programa, una expresión directa de un objetivo social" y continua Rowe mas adelante planteando que "Teóricamente, la arquitectura moderna se concibió como una respuesta racional y desprejuiciada a la ilustración del siglo XX" y en otra parte completa Rowe "que la idea de que cualquier copia, cualquier empleo de modelos tísicos precedente, sea una falta de agudeza creativa, constituye una de la intuiciones centrales del movimiento moderno". O sea, que lo clásico, o de manera mas general, las arquitecturas anteriores, representaban una tradición que había que vencer en aras de la redención de la humanidad, en parte por que la arquitectura moderna nace como arquitectura de vanguardia y en parte porque la arquitectura moderna se gesto en las mismas fuentes que el socialismo, y por y ideología, se oponía a las concepciones burguesas de la época.
El mas grande de los difusores de esta nueva arquitectura, en el plano personal, fue Le Corbusier, quién escribiera, febril y apasionadamente sobre las excelencias de ese estilo; uno de sus dos nombres "oficiales" –Estilo Internacional- se lo endosaron dos norteamericanos, quienes eran historiadores en 1932: Philip Johnson, quien posteriormente se convertiría en uno de los arquitectos modernos mas exitosos y actualmente uno de los mentores del posmoderno y del deconstruccionismo y Henry Russel-Hitchcock; la escuela moderna la definió Walter Gropius y su Bauhaus.
Guillermo González nace en esa época de catarsis, pero se forma fuera de esa efervescencia y dentro de los cánones tradicionales de la Academia en unos Estados Unidos libres aún de los cambios que ocasionarían posteriormente Gropius, Mies, Breuer y otros ex-alumnos de la Bauhaus.
La llegada del Moderno a los EE. UU. Marca definitivamente el cambio de orientación ideológica del Movimiento. De una propuesta revolucionaria socialista en la Europa de entre guerras, el Moderno pasa a ser un movimiento que le proporciona una nueva imagen al gran capital norteamericano, manteniendo su definición anti-clásica que lo caracterizo desde sus inicios.
Guillermo González, formado en la escuela clásica, entra en contacto, en viaje realizado a Europa en 1931, con el Movimiento Moderno y es ganado por éste. Pero su formación académica siguió latente y emergió en contadas ocasiones, rompiendo con la rigidez formal del Moderno, del que fue mentor y padre en la República Dominicana.
3. El movimiento moderno y el continuum de la historia.
En trabajos anteriores hemos insistido en que la arquitectura es un fluido único y constante, un continuum citando a R. Stern. Ese continuum no se ha podido romper aun y cuando se ha intentado conscientemente, desligar la arquitectura moderna de las arquitecturas anteriores.
Dentro del Movimiento Moderno se han desarrollado planteamientos procedentes de la arquitectura clásica, demostrándonos que la historia no se traiciona. De una manera muy sutil, algunos de los maestros de la arquitectura modernas han retomado los temas clásicos y lo han desarrollado dentro delos nuevos planteamientos estéticos y funcionales.
Tomaremos como ejemplo, por ser quizás los más relevantes, la relación modular establecida por Colin Rowe, entre la Mansión La Roche en Garches, de Le Corbusier y la villa Malcontenta. de Andrea Palladio, en su ensayo titulado “Las Matemáticas de la Villa Ideal" y la estrecha relación que se ha señalado entre Mies van der Rohe y Karl F. Schinkel, así como el comentario dejado caer por ese exégeta furibundo del moderno, Bruno Zevi, de que "no hay gran diferencia entre la villa Farnese y el Seagram”. O sea, que a pesar del radicalismo del Movimiento Moderno en el sentido de romper con el pasado, siempre se mantuvo un tenue cordón umbilical que aseguro la continuidad histórica en los momentos mas dramáticos de esa aparente ruptura, lo que posteriormente se evidencia en la poderosa arquitectura de Louis Kahn, entre otros.
En el país, tanto González como Caro, por mencionar otro de los grandes arquitectos dominicanos, pasaron de un estilo a otro con cierta facilidad; sin embargo, diferente que Caro, González localiza su rompimiento mas evidente en sus viviendas aisladas, y posteriormente, en el despunte contextualista del Bank of América.
4. Guillermo González, reflexiones sobre una aparente contradicción.
Formado dentro de los cánones de la escuela Beaux Arts; formulador de las primeras directrices en Santo Domingo del estilo internacional. Diseñador del Parque Infantil Ramfis, actual Eugenio María de Hostos, dentro de un marcado estilo neo-clásico (axialidad,
centralidad, tratamiento simétrico de los pabellones. . .) y también autor del edificio Copello, que se enmarca dentro de los preceptos del Movimiento Moderno (plante libre, fenetres a longeur, etc...)
Autor del Hotel Jaragua, obra maestra de la arquitectura racional en el país y diseñador de la "Feria de la Paz Confraternidad del Mundo Libre", cargada de la monumentalidad, el simbolismo y la centralidad propias del neo-clásico fascista racional, donde se encuentra su otra obra maestra, el Ayuntamiento, en la cual se detectan algunas premisas propias del neo-clasicismo.
Diseñador de un grupo de viviendas aisladas, verdaderas villas, totalmente inmersas en un formalismo hispánico, con toda propiedad tratado, y autor, conjuntamente con William Reid, del ensayo contextualista del Bank of América de la calle El Conde.
Guillermo González, visto así rápidamente, nos parece un arquitecto de amplio espectro estilístico, si se nos permite al término. Sin embargo, su obra más significativa es, a todas luces, moderna. Sus edificios públicos y no hay que olvidar que declaraba qua se sentía mejor "Proyectando edificios públicos que viviendas residenciales", fueron detalladamente diseñados dentro da los preceptos del Movimiento Moderno-Estilo internacional, por lo cual con toda propiedad podamos decir que González fue un verdadero arquitecto moderno, pero nosotros agregamos, que fue un moderno no-ortodoxo porque:
1) No negó su formación neo-clásica; por _el contrario, supo sacarla partido a esa enseñanza, principalmente en el manejo de los símbolos y de la escala monumental; como lo demuestran el Parque Ramfis y la Feria y dentro de ésta el Ayuntamiento.
2) Supo manejar diferentes estilos a escala doméstica, tan diferentes como los de la llamada "Casa Telefunken" y la casa Vicini, una dentro da un correcto moderno y la otra dentro de un convencional neo-hispánico, cuyas raíces, creamos, se deben buscar no solamente en al período de formación, qua cumplió en los talleres de dibujo da la Secretaria da Obras Publicas durante la intervención americana del 1916, sino, también, en la estancia de González en España, donde realizó, de acuerdo a la revista Proyectos y Materiales, "maravillas de arquitectura andaluza". Otras de las posibles influencias que conformarían la no-ortodoxia de González podría ser una relación con Edward Durrel Stone, considerado como “manierista histórico” por algunos críticos de arquitectura.
No obstante hay que considerar, por otra parte, que algunos esquemas formales que González desarrolló en esas viviendas neo hispánicas fueron sugeridas por los clientes como correctamente se han planteado; mas aun, cuando al propio González declaraba que "no había buenos arquitectos, sino buenos clientes". Declaración qua coincide con aquella de Louis Kahn, quien decía: "No existan dificultades con el cliente, si un arquitecto litiga con su cliente, quiere decir que tiene dificultadas consigo mismo". Y ha de observarse que Kahn fue también formado en la Beaux Arts, como González.
Para nosotros, González, formado en la Academia, ganado por el moderno, conocedor de la arquitectura andaluza y amigo de Stone, elaboró su propia manera de hacer arquitectura, tomando lo que consideró mejor de las diferentes corrientes.
Esa visión amplia del que hacer arquitectónico, favoreció la versatilidad de González, quien pudo escoger de diferentes repertorios conocidos a medida que las circunstancias se lo exigían o que su propia convicción se lo dictara, logrando significativos aciertos en uno u otro estilo y consiguiendo en algunas obras, una refinada conjunción estilística propia de un verdadero maestro, aspecto que ha tratado Gustavo Moré anteriormente en un análisis del Ayuntamiento y que observamos en la residencia Peynado, en la Ave. Bolívar, donde González esconde un vocabulario moderno detrás de unos techos y unas balaustradas de marcado acento hispánico.
González jugó con esa contradicción unas veces en todo el planteamiento formal, como en los casos mencionados, y otros en algunos detalles decorativos que introdujo en sus espacios modernos. Como el caso de la gran lámpara que adornaba el salón de bailes del Hotel Jaragua.
Venturi hubiese visto algún tipo de "contradicción adaptada” en este juego de "introducir objetos familiares en un contexto no familiar" y de utilizar las “convenciones de una manera anti convencional”.
Por otro lado la versatilidad de nuestro arquitecto no se limita a contraponer el neo hispánico frente al moderno, sino que dentro del estilo moderno manejo códigos diferentes.
Eso lo observamos, precisamente, en sus dos obras más representativas: El Hotel Jaragua y el Palacio del Ayuntamiento.
El Jaragua es una obra compuesta por volúmenes que se integran
Libremente, generando un ligero movimiento de rotación. O sea que se utilizo en su diseño la "sintaxis de la descomposición cuadrimensional", que Zevi considera entre sus siete invariables de la arquitectura moderna en su libro "El Lenguaje Moderno de la Arquitectura". Y ciertamente, el Jaragua, con sus volúmenes articulados, debía contemplarse desde diferentes puntos de vista para poder apreciarlo totalmente.
Por su parte el Palacio del Ayuntamiento expone una frontalidad total en su diseño. Es un prisma puro horadado y que presenta una centralidad tal que nos parece que el mejor punto de vista para apreciarlo es el frontal.
Incluso los pabellones que se disponen simétricamente son tratados con una horizontalidad que refuerza la frontalidad del mágnifico cuerpo central.
5. La poética de la versatilidad.
Para Umberto Eco, la poética es la capacidad que tiene un texto para sugerir diferentes lecturas sin llegar a agotarse. En la obra de González encontraremos una serie de lecturas distintas que van desde las consideraciones de entender su obra como "romántica" hasta el calificativo de "Elefante B1anco" que endilgaron al Jaragua algunos periodistas y algunos arquitectos, pasando por la lectura del racionalismo mural y el neo-hispánico señalados anteriormente. Pero mas aun: la polémica en torno al Jaragua, que estableció algunas de las lecturas mas contradictorias de la obra de González, evidencio un curioso fenómeno: Las escuelas y arquitectos alineados con el moderno, cuyo ejemplo máximo en el país lo diseñara González, estuvieron paradójicamente, de acuerdo con la demolición, contrario a las escuelas que se alinean con la apertura formal del inclusivismo.
Para nosotros, esta contradicción aparente confirma la fuerza de la poética de nuestro arquitecto.
Esa poética de la versatilidad se desarrolla en González al filo de la inconsistencia formal, considerando como tal, la separación consciente y contradictoria de los parámetros formales que definen su arquitectura más significativa. Pero esa separación se hizo con tal propiedad y con dominio tan consumado del vocabulario "otro", que el calificativo de inconsistencia no cabe, sino el de versatilidad.
Como ya hemos dicho, la obra .significativa de González se enmarca dentro de la arquitectura
Moderna—Estilo Internacional. El Copello de 1939, El Jaragua de 1942, El Jaraguita de 1945, El Hamaca del 1951, el Palacio del Ayuntamiento de 1955; unos mas que otros, constituyen muestra ejemplares de arquitectura Moderna, unos cercanos a Le Corbusier, otros a Terragni y otros francamente clásicos; pero todos con esa presencia Moderna definitoria.
En la atmósfera asfixiante que se respiraba en la Era de Trujillo, González, supo manejar su diseño para evitar caer en la arquitectura que manipuló el régimen y aunque el planteamiento formal que desarrolló en La Feria realmente se puede incluir entre la clase de arquitectura de un régimen de Fuerza, recordándonos la arquitectura fascista, del régimen de Mussolini, el gesto total del proyecto nos recuerda no esa arquitectura fascista sino la fascista racional de un Giuseppe Terragni que finalmente fue segregado del grupo de los arquitectos afectos al régimen fascista.
El manejo que González dio a su arquitectura fue lo suficientemente flexible para considerarlo no-ortodoxo y lo suficientemente racional para considerarlo Moderno. Pero sobre todas esas consideraciones esta el Guillermo González arquitecto, que trasciende las simples consideraciones estilísticas y fue creador de la mejor muestra de arquitectura moderna no sólo en el país, sino en toda la región del Caribe.
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