jueves, junio 11, 2009

Cada vez que me acuerdo del ciclón... El Conde de nuevo.


Retrato de un deterioro..



"Cada vez que me acuerdo del Ciclón

Se me enferma el corazón."

Trío Matamoros


Así dice la famosa canción con la cual el Trío Matamoros registran la terrible experiencia que vivieron aquel aciago día de 1930. A mí se me enferma el corazón cada vez que camino por la calle El Conde.


Esta vez la encontré sucia, mal oliente, y con tres importantes edificios abandonados, uno mas que la última vez que la visité, dos de ellos colindantes.

En la esquina 19 de Marzo el Edifico Cerame, de 1923, diseño de Benigno Trueba, con su frontón clásico dominando el chaflán de la esquina, el primer piso donde había una popular tienda por departamentos cerrado con portones metálicos enrollables y sus ventanas como ojos con glaucoma, solo aloja una íngrima escuela de idiomas.


Edificio Cerame. Benigno Trueba. 1923

A su lado, hacia el oeste, el edificio Olalla, modernista, también diseño de Trueba, de 1930, se llena de enredaderas que hacen ingentes esfuerzos por convertirlo en una “arquitectura verde” , desaparecida ya su bella puerta de acceso a los pisos de apartamentos, cierra el paso ahora una fea puerta de tola metálica – que indica que algún dueño tiene pero que no le duele mucho esta bella muestra de arquitectura de la primera mitad del siglo XX.

Edificio Olalla, Benigno Trueba. 1930

Mas hacia el oeste sobre la fachada norte el edificio Copello , primera obra de arquitectura moderna en el país diseñada por Guillermo González en 1938 y construida por los hermanos González , Guillermo y Alfredo, en 1939, se sigue deshabitado y tiene sólo dos inquilinos en primera planta una tienda de calzados, franquicia norteamericana, y un vendedor de libros viejos que ocupa como deposito el bello vestíbulo de la edificación y al cual le he encargado sin mucho éxito, la edición de la Sociedad de Bibliófilos, de la Obra de Samuel Hazard “Santo Domingo, past and presente, with a glance at Hayti” tomado de la colección de mi Padre y prestado a algún amigo que espero recuerde el préstamo si lee este trabajo.

Edificio Copello. Guillermo González. 1939

Entre estos dos últimos, la entrada del bello edificio Saviñón luce como un almacén de cuadros naif.

Edificio Saviñón. Octavio y Gloria Iglesias Molina. 1946

Y mas allá, el relieve de Domingo Liz que adorna la fachada oeste del Roxy de Cuqui Batista, apenas se lee entre la maraña de cables, lampara y transformadores que abarrotan el espacio aéreo de la calle.

Edifio Roxy, Cuqui Batista, relieve de Domingo Liz.

Este espectáculo de abandonos, descuidos y desidia es lo que me enferma el corazón, pues con todo y todo El Conde es la calle emblemática de la Capital, cargada de historia y edificios fabulosos y me duele porque no tiene dolientes.

Soy de los que cree que la revitalización de la Ciudad Colonial debe iniciarse por rescatar El Conde, ya la ciudad de Ovando se consolido ha ya muchos años, los monumentos se han liberado y restaurados, solo falta ponerle atención a ese kilómetro de la historia urbana, política y cultural de Santo Domingo.

Los proyectos de los alrededores de la Catedral pueden ser un buen motivo para trabajar esta calle tan presente y tan olvidada.

Uno de los proyectos de revitalización, inexplicablemente censurado por algunos profesores en una tesis de grado que asesoré, es techar un tramo de la calle El Conde, idea propuesta hace casi cien años por Don Xavier Amiama Gómez, que fue retomada por mi pupila, la Arq. Essilevi Medina, a partir del modelo de sombrilla que se abre y se cierra similar al usado por los árabes en el patio de la mezquita Nabawi.


Dibujo de Essilevi Medina. Propuesta de techado calle El Conde. Erótica Urbana.Proyecto de Tesis. UNPHU. 2008

En una presentación que le hice al equipo técnico del Ayuntamiento del Distrito Nacional, donde terminaba con esta idea, la Arq. Dianita Martínez, nos señalaba que esa fue la estrategia que se utilizó en Las Vegas para revitalizar el DownTown, específicamente la famosa Fremont Street, que con el tiempo y el abandono se había degradado, como El Conde.

Techado de Fremont Street. Foto tomada del sitio Vegas.com

Las autoridades de Las Vegas, nos decía Dianita, techaron un tramo de la calle con un techo pantalla que cada cierto tiempo se iluminaba con una nueva proyección, la estrategia fue un éxito y la calle es ahora un atractivo de la ciudad, una marca, como dirían algunos, recibiendo 19 millones de visitantes en el 2006 !.

Nosotros no aspiramos a tal despliegue tecnológico, pero como decía Don Xavier Amiama Gómez citado por Moncito Báez a en su libro “Por Qué Santo Domingo es Así”: “Si las Galerías de Milán se habían construido ¿por qué no techar la calle El Conde?”(José Ramón Báez López- Penha, “Por Qué Santo Domingo es Así”, Colección Quinto Centenario, BNV, Febrero 1992, Pág. 193)

OR

Galería Vittorio Emanuel, Milán. Foto tomada de Wikimedi Commons